Suplementacion con Antioxidantes en el Ejercicio. Son realmente Utiles?
25-02-2013 ¦ Biolaster
Durante los últimos años el consumo y la venta de antioxidantes como la Vitamina A C y E se ha disparado. El mensaje era claro: Los antioxidantes ayudan a combatir la acción dañina de los radicales libres. Estos radicales libres son derivados del Oxigeno y se producen por diferentes factores como la contaminación y la respiración. Estos radicales libres han sido relacionados con un buen número de patologías como enfermedades cardiovasculares, enfermedades degenerativas como el Alzheimer, diabetes o Cáncer. Las pastillas de antioxidantes han sido consideradas pore muchos como armas para combatir estas enfermedades pero que hay de cierto en ello?
Cada vez son más las señales de alarma que se están lanzando desde la comunidad científica poniendo en duda los beneficios de estos suplementos y advirtiendo de los riesgos que su uso indiscriminado puede acarrear. Para argumentar este interesante tema nos apoyamos en un estudio llevado a cabo por Mari Carmen Gomez-Cabrera, Michael Ristow, y Jose Viña en el que cuestionan otro reciente artículo que venía a contradecir varios de los estudios que se habían publicado recientemente y que destacaban el obstáculo que estas sustancias podían suponer para que se produzcan las respuestas de adaptación a nivel muscular tras el ejercicio.
Según Estos autores, en el artículo de Higashida y Col, los autores informan que las altas dosis de vitaminas antioxidantes no impiden las respuestas de adaptación de las mitocondrias musculares, inducidas por el ejercicio ni la acción de la insulina. Los autores con sus datos, reflejan su claro desacuerdo con los datos publicados por tres grupos de investigación independientes de Alemania, Australia y España.
Utilizando un protocolo experimental significativamente diferente Higashida y Col. llegaron exactamente a las conclusiones opuestas, a las que habían llegado otros autores recientemente, que los suplementos de vitaminas antioxidantes no tienen un efecto inhibidor sobre las respuestas adaptativas del músculo esquelético al ejercicio.
En cuanto al estudio de Gomez-Cabrera, Ristow y Viña publicado en el American Journal of Clinical Nutrition, en el que se encontró un aumento muy significativo (186%) en el tiempo de resistencia en ratas tras 6 semanas de entrenamiento y que se redujo considerablemente (26%) cuando los animales fueron suplementados con vitamina C. Los autores señalan que la capacidad de resistencia está directamente relacionada con el contenido mitocondrial y es por lo que se propusieron determinar la cascada de la biogénesis mitocondrial en el músculo esquelético en sus animales, y que se obstaculizaba de manera significativa.
Aunque se encontró un rotundo efecto de la vitamina C en el tiempo de resistencia en los animales, no se ha encontrado el mismo efecto en el VO2 max.
Por lo general, los estudios sobre el entrenamiento, incluyendo los datos publicados por Higashida y Col., para determinar si las vitaminas antioxidantes mejoran el rendimiento, han demostrado que la suplementación es ineficaz. Sin embargo, evidencias recientes muestran que puede ser aún peor.
Varios de los estudios sugieren que los antioxidantes pueden tener efectos perjudiciales en el rendimiento. Ya en 1971, se ha demostró que la suplementación con Vitamina E (400 UI / día durante 6 semanas) causaba efectos desfavorables
sobre el rendimiento de resistencia en nadadores. Los autores concluyeron:
"No hay evidencias para sugerir que la vitamina E tenga un efecto beneficioso sobre el rendimiento de resistencia. De hecho, la evidencia, en todo caso, sugiere que la vitamina tiene un efecto desfavorable". Malm y sus compañeros de trabajo mostraron, en dos estudios consecutivos, los efectos perjudiciales de la suplementación con ubiquinona (COq10) en el rendimiento tras un programa de entrenamiento de alta intensidad. En 2002, se demostró que la suplementación con 1 g de vitamina C /día durante 4 semanas en galgos de carrera, redujo significativamente su velocidad. Además, en un estudio en humanos, se demostraron los efectos negativos de la suplementación de ácido ascórbico en las respuestas adaptativas de enzimas antioxidantes endógenas y en proteínas.
Además, se ha demostrado que la suplementación con acido ascórbico para impedir el comienzo retardado del dolor no preserva la función muscular y que dificulta el proceso de recuperación, con lo que es perjudicial para el rendimiento futuro.
Finalmente, en este estudio, se encontró que la suplementación con vitamina C disminuye la eficacia del entrenamiento, ya que evita la biogénesis mitocondrial inducida por el ejercicio.
Recientemente se han alcanzado conclusiones similares tras una investigación de un grupo con sede en EE.UU. Los autores encontraron que la inhibición de una enzima generadora de radicales libres (xantina oxidasa) por el alopurinol atenúa considerablemente la activación en el ejercicio de la biogénesis mitocondrial en el músculo esquelético. En la opinión de estos autores y en contra de las consideraciones de Higashida y Col., existe un creciente número de evidencias de los efectos negativos de la suplementación con antioxidantes en el rendimiento deportivo, tanto en estudios en animales como en humanos.
Las evidencias sobre los efectos perjudiciales de los suplementos de los antioxidantes cuando se administran a pacientes y personas sanas (no atletas) son posiblemente, más rotundas. En 2007, Bjerlakovic y Col. analizaron los datos de sesenta y siete estudios sobre los suplementos sobre antioxidantes y llegaron a la conclusión de que el beta caroteno, la vitamina A, y la suplementación con vitamina E parecía aumentar el riesgo de muerte. Estos datos confirman informes anteriores que muestran que a largo plazo la suplementación con vitamina E puede aumentar el riesgo de parada cardiaca en pacientes con enfermedades vasculares o diabetes.
Al aplicar un programa de entrenamiento aeróbico de 6 semanas en pacientes con hipertensión, la suplementación de antioxidantes (vitaminas C y E y?-lipoico) dio lugar a una mejora de la presión arterial y a una inhibición de la vasodilatación inducida por el ejercicio.
Por último, uno de estos autores nosotros (M. Ristow) demostró que la suplementación con vitaminas C y E impide la inducción de los reguladores moleculares de sensibilidad a la insulina y la respuesta antioxidante endógena al ejercicio físico.
Un número importante de individuos sanos y enfermos acostumbran a tomar suplementos antioxidantes con la creencia de que estos se mejoran su salud y previenen o mejoran ante enfermedades.
Por otra parte, una gran proporción de atletas, incluyendo a los de élite, toman suplementos vitamínicos, a menudo en grandes dosis, buscando efectos beneficiosos sobre el rendimiento. La completa falta de cualquier efecto positivo fisiológico de esta suplementación y los resultados bioquímicos consistentes encontrados en estos estudios plantean dudas sobre la validez de la utilización de antioxidantes orales tanto en sujetos sanos como enfermos.
La gran mayoría de evidencias experimentales apuntan claramente en contra de esta suplementación. Por lo tanto, los autores confirman sin reservas las conclusiones a las que llegaron en su estudio y expresan que los suplementos antioxidantes son, al menos ineficaces.
Fuente: http://ajpendo.physiology.org/content/302/4/E476.full.pdf#page=1