Es triste pero la discusión entre Alberto Contador y Alejandro Valverde sobre la actitud de este último en la llegada a Pla de Beret, ha captado más atención que la carrera en sí. Si como dice el murciano iba que no podía ni con el culote, la discusión está zanjada. No hay nada que reprocharle. Pero yo, cuando menos, pondría en duda la veracidad de esas declaraciones. A simple vista no parecía que Valverde fuera tan justo de fuerzas, y con sólo evitar el enfado de Contador, ya tendrí no una, sino dos victorias de etapa en el zurrón, y a algunos adversarios a algo más de distancia (poca, pero algo más) en la General.
Sea como fuere, estas pequeñas discusiones, que en otros deportes con más arraigo y popularidad son el pan de cada día, son positivas. Humaniza a los corredores, que heridos en su orgullo realizan declaraciones políticamente incorrectas manifestando lo que de verdad sienten. Crean un debate en la que los aficionados toman parte decantándose a favor de alguna de las partes. La prensa tiene algo que vender, y, en definitiva, se convierten en un imán del que la Vuelta a España está muy necesitado. Con esta polemiquilla el interés por las etapas asturianas (Anglirú y San Isidro) crecerá sustancialmente. Espero.
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