Lance Armstrong no ha ganado aún el Tour, y si se repite la situación de hoy le costará mucho. Tendrá que superar a todo el T-Mobile, dispuesto como nunca a derrotar al ciclista estadounidense. Estratégicamente, Armstrong ha sufrido hoy una de las situaciones más complicadas en todos los Tours que lleva ganados. Por primera en mucho tiempo, se ha visto rodeado de ciclistas del T-Mobile que atacaban sin descanso, sin que tuviera a nadie para reducir los intentos de, sobre todo, Alexandre Vinokourov que se presenta como una de las amenazas más complicadas (quizás, no la más peligrosa) para el ciclista del Discovery Channel. En su lugar, cualquiera hubiera caído en la trampa que le han tendido los hombres de Godefroot, pero Armstrong, evidentemente, no es un cualquiera, es el hombre más experimentado de ese pelotón y ha solventado todos los problemas con una inteligencia extraordinaria. Se ha colocado a rueda de Jan Ullrich, dispuesto a jugar un papel importante en beneficio de sus dos compañeros de equipo (Vinokourov y Kloden, que ya marchaba escapado en busca de Pieter Weening, único superviviente de la escapada de la jornada) pero no hasta el punto de hipotecar sus propias opciones, por lo que no le ha quedado otro remedio que arrancar a por el grupo que se estaba formando en cabeza con todos los candidatos serios llevándose así al propio Armstrong.
En la práctica no ha ocurrido gran cosa. Ha ganado Pieter Weening, que se ha impuesto a Andreas Kloden por una diferencia tan exigua que ha puesto a prueba la fiabilidad de la foto finish. Pero hoy ha vuelto el optimismo al Tour de Francia, se ha visto que aún hay carrera.
Es la primera gran conclusión que se puede extraer de la etapa de hoy. Pero, no conviene precipitarse. Al principio, viendo las diferencias que Armstrong logró en la primera crono sobre la mayoría de los adversarios, acrecentadas luego en la crono por equipos, todo el mundo daba por hecho que el estadounidense tenía encaminado su séptimo Tour, logro que más de uno comienza a dudar al ver el flojo rendimiento de su equipo en un puerto de segunda categoría, y la fortaleza, sobre todo, del T-Mobile.
Sin embargo, es poco probable que se repita una imagen tan raquítica del Discovery Channel, y lo más normal sería que Armstrong tuviera a su lado, al menos, un par de hombres (Azevedo y Rubiera) en los momentos más complicados. Además, la importancia de la estrategia de equipo se reduce mucho cuando se incrementa la dureza de las etapas. En los puertos duros, el número de corredores capaces de atacar se limita a unos pocos, y el beneficio de ir a rueda tampoco es tan grande como en los puertos tendidos de segunda o tercera categoría, que se suben tan rápido (entre 25-30 kilómetros por hora) que los corredores deben hacer casi más esfuerzo por superar la oposición que ejerce el aire, que por vencer la fuerza de la gravedad. Por tanto, será raro ver todos los días un festín como el de hoy.
Otra de las conclusiones de la jornada es que el Illes Balears ha desaprovechado una ocasión de oro para ganar la etapa con Alejandro Valverde. Teniendo en cuenta que Weening y Kloden han estado a tan sólo siete segundos de diferencia, que excepto los tres kilómetros finales el resto eran en descenso (y por tanto mucho más fácil para controlar), y que Eusebio Unzue contaba con Vladimir Karpets y Francisco Mancebo para trabajar, es incomprensible que Valverde no cuente en estos momentos con una etapa del Tour.
“Página Oficial del Tour de Francia”:http://www.letour.fr
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