Carlos Sastre nunca ha estado bajo las luces del éxito. Tampoco ahora que es el actual ganador del Tour de Francia. Muy poca gente lo tiene en cuenta. No es un ciclista mediático. No arrastra muchedumbres. No hace, salvo raras excepciones, declaraciones altisonantes ni polémicas. Es un ciclista que vive en la sombra. Silencioso. Modesto. Humilde. Paciente.
Pero como el tiempo coloca a cada uno en su sitio, está donde merece. En lo más alto. Su carrera ha sido una carrera de sacrificio, con las ideas claras, con los objetivos bien determinados y con decisiones acertadas. Siempre ha estado en equipos grandes. Primero en la ONCE y luego en el CSC. Siempre junto a grandes corredores, de los cuales aprendió el oficio con detenimiento. Renunció al lucimiento personal trabajando con generosidad para Laurent Jalabert o Ivan Basso, entre otros. Pero, llegado el momento, se ha hecho su propio equipo, el Cervelo, que le arropa como el campeón que es. Un corredor, que con el podium del Giro casi asegurado logrará subir al cajón de las tres grandes vueltas. Algo reservado a los mejores ciclistas de la historia.
Un dia por otro, parece que el Cervelo está consiguiendo buenos resultados.
Hace un par de días no comprendías la táctica del Cervelo y posiblemente tuvieras razón, pero se ve que al menos confiaban y parece que con razón en Carlos Sastre.
Esperemos que aguante el ritmo de los mejores hasta el final para dar la razón a quienes han confiado ciegamente en él.
Antes de nada muchas gracias por el cometario. Creo que una cosa no tiene nada que ver con la otra. El día que hicieron esperar a Serge Pauwels cometieron un error de bulto, porque no había ni necesidad ni posibilidad de que el belga ayudara a Sastre. Tampoco creo que el día de Monte Petrano el belga estuviera brillante, porque justamente cuando Sastre estaba a cola del grupo su compañero estaba tensando el ritmo en cabeza del pelotón. Pero, para bien del equipo, Sastre fue el más fuerte ese día, y cuando se trata de montaña, las estragegias no tienen tanta importancia. Normalmente con ser el más fuerte es suficiente. Pero lo que está claro es que Sastre merece todos los honores de un líder.