Sin querer ensañarme con el mismo tema creo que la magnífica victoria de Damiano Cunego en el Alto de la Pandera pone encima de la semana el asunto que traté ayer de si era mejor que Samuel Sánchez se dedicara a intentar ganar etapas en vez intentar lograr un buen o buenísimo puesto en la General. La cuestión permite diferentes lecturas y opiniones, y seguramente jamás llegaremos a una conclusión consensuada, pero merece la pena tratarla porque la discusión puede ser enriquecedora.
Samuel Sánchez seguramente será segundo en Madrid el próximo domingo, puesto que sin duda exige mucho nivel y sacrificio. Pero sin embargo no todos los segundos o terceros puestos son iguales. Por ejemplo, Alejandro Valverde fue segundo en 2006, detrás de Alexander Vinokourov. Sin embargo el protagonismo de uno y de otro, Valverde y Samuel se entiende, ha sido totalmente diferente. Valverde ganó una etapa, fue líder durante ocho días y perdió el primer puesto por un fallo garrafal camino de Granada que los aficionados nunca olvidarán. Fue uno de los principales protagonistas de la carrera. Samuel Sánchez, sin embargo, no está aportando nada a la carrera ni a su equipo. Tan sólo el, probable, segundo puesto de Madrid. Nunca ha ofrecido la imagen de ser un corredor capaz de inquietar al líder. No ha estado a la altura de los mejores ni en montaña ni en las cronos, y se está aprovechando de la irregularidad de sus adversarios para ir subiendo peldaños en la General, que también hay que saber hacerlo, por supuesto. Pero su grado de protagonismo está siendo mínimo.
En cambio, tanto Damiano Cunego o David Moncoutie, por poner otro ejemplo, están aportando mucho más a la carrera. Sé que la cuestión no es aportar algo o no a la carrera, sino de conseguir los objetivos que se hayan marcado, pero es que ni en eso acertarán en el Euskaltel-Euskadi. Cunego se ha desentendido completamente de la General y se llevará dos etapas de la Vuelta a España, dos etapas de las más importantes, Aitana y La Pandera. Ahí es nada. Por ello creo que su protagonismo en carrera ha sido mucho más destacado que el de Samuel Sánchez y otros ciclistas que luchan por un puesto en la General.
No es fácil medir objetivamente la importancia de un buen puesto en la General y las victorias por etapas, pero una forma de ello puede ser preguntar a los aficionados sobre el protagonismo de uno u otro corredor. La mayoría, estoy convencido, se acordarán de las victorias de Cunego, pero no lo estoy tanto si recordarán si Samuel fue segundo, tercero o cuarto, y mucho menos como lo consiguió. Si no es así envidiaré la prodigiosa memoria de los que lo recuerden.
Lo que pasa al que aspira a ganar, es que puede quedarse con la miel en los labios quedando segundo o tercero, ya que sólo uno lo consigue. Y es lo que le puede pasar a Samuel Sanchez.
A posteriori es relativamente sencillo evaluar porque los hechos ya se han producido. Pero a priori es más difícil acertar.
Imagino que en Euskaltel consideraban a priori que Samuel podía ganar la Vuelta a España 2009 y por eso han dirigido todos sus movimientos a la consecución de ese objetivo, evitando todo desgaste innecesario. La realidad es que lo tiene muy difícil ganar la Vuelta y en esa circunstancia todo lo realizado puede quedar en entredicho.
Por tanto, lo que va a fallar (caso de que Samuel no gane, que es lo más probable) es la determinación del objetivo: O Samuel está andando menos de lo que esperaba el equipo, o los demás ciclistas están andando más de lo que esperaba Euskaltel. En definitiva, un error como los que muchos cometemos, aunque su trascendencia pueda ser diferente.