Contador gana sin querer

Alberto Contador ha declarado que no quiere mantener el liderato de la Dauphiné Liberé, o por lo menos, que no quiere hacer excesivos esfuerzos en ese intento. Seguramente sabe que no conviene, y lo datos son muy elocuentes. La mayoría de los ciclistas que han ganado en los últimos años la prueba alpina, no han podido hacerlo luego en el Tour, pese a ser algunos de los favoritos. En cambio, aquellos que estuvieron algo cortos de forma en la Dauphine mejoraron su rendimiento en el Tour.

Sin embargo puede terminar ganando la carrera a pesar de no quererlo. Por una parte porque tiene unas condiciones innatas que le permiten ganar carreras sin estar al ciento por ciento, estatus sólo reservado a los más grandes. Eso es impensable para la gran mayoría de los ciclistas. Contador no está aún a punto, pero aún así es mejor que la gran mayoría. Además, cuenta con la ventaja de no tener debilidades, domina todas las especialidades, tanto la crono como la montaña, algo necesario en una carrera tan selectiva como la francesa.

Y quizás lo apuntado anteriormente sea suficiente para añadir esa carrera a su impresionante palmarés pero es que además cuenta con la ventaja de no tener grandes rivales. La Dauhpiné ha bajado de nivel. Antes era una cita ineludible para casi cualquier que quisiera preparar con garantías el Tour de Francia. Ahora no. En la actualidad los corredores se dispersan más. Hay gente que escoge el Giro (Ivan Basso, Bradley Wiggins, Vincenzo Nibali) y otros irán a la Vuelta a Suiza (Lance Armstrong, Andy y Frank Schleck, Andreas Kloden, Roman Kreuziger). Por tanto Alberto Contador puede ganar la Dauphiné sin que eso hipoteque sus posibilidades en el Tour de Francia.