No soy partidario de contar batallitas personales de mi breve y discretísimo paso por el campo profesional. La verdad, poco tengo que alardear, pero he de reconocer que mi constante situación de querer y no poder dejó más de un acontecimiento gracioso. Pero lo dejaremos para otra ocasión. Ahora, que acaba de comenzar la temporada de carretera, me haré eco del cambio que ha vivido el ciclismo. No opinaré si es para bien o para mal, simplemente haré una breve referencia al cambio.
Mi debut en el campo profesional se produjo en el G.P. La Marseillese, allá por 1992. Y de seguido corrí la Estrella Besseges que se está disputando esta semana. Aún permanece en mí la indescriptible sensación que sentí cuando vi en la salida a Greg Lemond, mi ídolo, junto a mi (bueno, yo junto a él) y con él a otros muchos grandes corredores que hasta ese instante sólo había visto en la televisión. Ganó Edwing Van Hooydonck, que aunque a la mayoría de aficionados de hoy en día les suene a chino, ya había ganado dos Tour de Flandes y otras grandes clásicas antes de cumplir 25 años, edad con la que ganó dicha carrera.
En aquella época la mayoría de los corredores, debutaban en esa carrera, no había otras muchas opciones. En cambio ahora, aquellas carreras que antaño eran una cita ineludible para el pelotón internacional, se han convertido en carreras casi nacionales. No hay más que mirar a la Estrella de Besseges en Francia o al G.P. Etruschi en Italia, carrera a la que no asistió Alessandro Petacchi, ganador de las seis últimas ediciones. Petacchi correrá el Tour de Qatar junto a Tom Boonen, Fabian Cancellara, Mark Cavendish, o Bradle Wiggins. Y aquellas estrellas que no corran en Qatar se darán cita en Mallorca, casos de los hermanos Schleck, Philippe Gilbert, Andre Greipel u Oscar Freire.
El cambio radica en que hoy en día es prácticamente imposible ver a la mayoría de las estrellas del pelotón en la misma carrera a no ser que coincidan en las grandes citas del calendario. Por ello habrá neoprofesionales que en su debut no tendrán la posibilidad de vivir aquello que otros guardamos como un recuerdo impagable. No sabrán si se trata de su debut o siguen estancados en el campo Amateur.
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