No he visto todas las fotos de la victoria de Alberto Contador en la Vuelta a Murcia, pero, pese a ser una mera interpretación, juraría que aún no ha recuperado la alegría que le caracterizaba antes de su caso. La sonrisa no es la misma, y el brillo de sus ojos tampoco ha recuperado el esplendor de antaño. Y le costará, porque lo que ha sufrido ha sido exagerado.
Una victoria es algo muy importante, sobre todo si es necesaria. Y en el caso de Alberto Contador era necesaria, más por lo psicológico que por lo físico. La condición física no es algo que se pierda de la noche a la mañana. La confianza sí. Y la cabeza es la encargada de sacar todo el provecho que tiene el cuerpo, sin esa condición de nada sirve ser un portento físico. Será en balde. Contador no ha perdido la confianza en sí mismo, pero por todas las perturbaciones que ha supuesto su caso, seguro que a veces le habrá parecido ser culpable de algo que no es. Algunas miradas se lo recordarán de por vida. Ese será su mayor problema. No será un impedimento para que siga ganando, porque su caso le servirá para ser más duro, para estar, si cabe, más motivado, pero hasta que no supere ese problema, no recuperará la sonrisa.
De todas formas confío en que cuando se cierre su caso, todos den por bueno el veredicto final, que, sinceramente, creo que será favorable al corredor. La resolución de la Federación Española de Ciclismo no deja lugar a dudas. Como he dicho en más de una ocasión, no conozco la verdad del caso, pero como todos se ha convertido en un puro tramite judicial, y el juicio lo ha ganado Alberto Contador.
No es cuestión ahora de referirse a la resolución en su totalidad, pero unos cuantos apuntes serán suficientes para que incluso aquellos que han vertido duras acusaciones contra el corredor, cambien de opinión. Al menos tendrán argumentos para ello.
La discusión se ha centrado en ver si lo que decía el corredor era cierto, o sea, si los picogramos de Clembuterol que se hallaron en su orina eran de origen animal. La UCI y la AMA lo niegan, y para ello presentaron el siguiente informe. En 2008 se realizaron en Europa 286.748 análisis en animales. Sólo hubo un positivo, en Italia. Además investigaron la carnicería donde el entorno de Contador adquirió la carne, y su proveedor. Nunca han tenido un caso por Clembuterol, ni ellos, ni el matadero.
Basándonos en ese informe, todo el mundo daría la razón a la UCI y la AMA. Pero también es necesario escuchar a la otra parte. Para obtener unos resultados óptimos estadísticos, de una confianza del 95 por ciento, y teniendo en cuenta la población animal de la Comunidad Autónoma Vasca sería necesario analizar 8.586 animales. En 2007 tan sólo se analizaron 97. Con esos datos la probabilidad de detectar carne contaminada sería de 0,001221. Es evidente que con esos datos no se puede asegurar que no exista carne contaminada en la CAV.
La AMA descarta que el Clembuterol haya llegado a su cuerpo por carne contaminada porque la considera improbable, pero no imposible. Según la Comisión Nacional de Competición de Disciplina Deportiva la causa más probable es la carne contaminada y recuerda que aunque el Clembuterol está prohibido en Europa también lo están las Dioxinas y recientemente han tenido que clausurar 4.700 granjas en Alemania por tener animales contaminados por dioxina. Eso, según la CNCDD, indicaría que es probable que haya carne contaminada por Clembuterol en Europa y pregunta hasta que punto es el ciclista responsable de la carne que consume. Además, queda de sobra acreditado por todos los informes científicos presentados que la cantidad hallada no proviene ni de transfusión sanguínea ni por el aporte de microdosis.
Todos los informes descartan una práctica consciente de dopaje. Para que el Clembuterol tenga un efecto broncodiladator haría falta un aporte de 12 microgramos cada 12 horas. Para que tuviera un efecto anabolizante, 200-400 microgramos cada 12 horas durante 20 días. El ciclista demuestra científicamente que en caso de haberse sometido a un tratamiento parecido el hallazgo de Clembuterol en su orina hubiera sido mucho más elevado.
Por los datos apuntados, y algunos más, al CNCDD, concluye que la sustancia fue introducida en su cuerpo por carne contaminada sin que ello suponga una conducta negligente. Que la cantidad hallada no supone ninguna mejora del rendimiento y que Contador cuenta con un pasaporte biológico impecable. Además, insta a la AMA para que, al igual que pide el mundo científico, adapte la normativa antidopaje a los tiempos porque llama la atención que no exista un umbral para el Clembuterol.
De momento ni la UCI ni la AMA ha decidido recurrir la sentencia al TAS. Si ellos no lo hacen, ¿como es posible que haya gente que se atreva a contradecirla?. ¿Con que argumentos? Sólo se me ocurre una respuesta. La crítica es gratuita.
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