Samuel Sánchez ha vuelto a ser segundo por enésima vez. Y como otras tantas veces más de uno ha recurrido al socorrido argumento de la mala suerte. No estoy de acuerdo. Cuando un corredor, siendo más rápido que sus adversario, no gana, es por su propio error. Este es un claro ejemplo.
En los tres últimos casos que me vienen a la memoria, Samuel era más rápido que sus adversarios. El primer caso llamativo ocurrió en el Tour de Francia, el año pasado. Andy Schleck lo batió en la llegada de Morzine-Avoriaz. Andy Scheleck si, uno de los corredores más lentos del pelotón. Otro tanto le ocurrió en la París-Niza de este año con Andreas Kloden. El alemán llevaba seis años sin ganar una etapa en línea. Todo un dato. Y hoy, en la primera etapa de la Vuelta al País Vasco, le ha batido Joaquín Rodríguez de forma inesperada.
Esos tres ciclistas son manifiestamente más lentos que el asturiano y así lo demostró en las tres ocasiones, porque nada más cruzar la meta los supero de forma clara. Por tanto, si siendo más rápido no gana, sólo cabe una posibilidad de respuesta. No acierta con el cálculo de la distancia, lanza su esprint tarde. Es un error que está cometiendo una y otra vez.
Pero no todo han sido malas noticias para el asturiano. De entrada dos de los mejores especialistas contra el crono, dos amenazas a tener en cuenta se han quedado fuera de juego a las primeras de cambio. Se trata de Tony Martin y Levi Leipheimer. Ambos dos han perdido más de nueve minutos. Pero que nadie se engañe, aún hay muchos adversarios que superar y quizás el más peligroso, Andreas Kloden.
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