El ciclismo necesita proyectos como el BMC, apuestas serias y con proyección de futuro. Según las últimas noticias el equipo tiene garantizada su continuidad hasta 2016 (también el Sky), sin duda una gran noticia. Dice Andy Rihs, el dueño del equipo, que su apuesta es de largo alcance y que por ello quieres corredores jóvenes que puedan formarse con su filosofía. Acabamos de saber que el BMC ha hecho una oferta a Vincenzo Nibali por 2,5 millones de Euros por temporada, cantidad que parece inalcanzable para el resto de formaciones. Sería una estrella más para la galaxia de los Gilbert, Evans, Hushovd, Phinney, etc.
Todo eso está muy bien, pero una vez más está quedando claro que por muchas estrellas que tenga una plantilla eso no garantiza tener un gran equipo. El BMC está fallando en algo. Ninguna de sus estrellas, ninguna, ha estado al nivel que se suponía. Los resultados son nefastos hasta el momento. Gilbert, no ha ganado una sola carrera. Hushvod tampoco. Evans, una, el Criterium Internacional. Y Ballan otra, el Giro de Toscana. También habrá que apuntar la crono por equipo que se llevaron en el Giro del Trentino. Toda esa escasez de resultados ha quedado maquillado con el gran triunfo de Taylor Phinney en la primera etapa del Giro de Italia. El estadounidense es ese tipo de corredor que quiere Rihs, un diamante que quiere pulir hasta convertirlo en una gran estrella. Phinney lo será, tiene todo lo que se necesita para ser una figura del pavés (la París-Roubaix por ejemplo) y otras pruebas de un día, incluido el Campeonato del Mundo, pruebas ambas que ya ha ganado en la categoría Sub-23. Pero que nadie le pida ganar carreras con puertos importantes, no está hecho para eso.
Pero lo que debe saber Andy Rihs es que a las estrellas hay que cuidarlas, y ha sido suficiente ver la segunda etapa del Giro para darse cuenta que el BMC no funciona como equipo. Phinney ha estado sólo durante casi toda la etapa. Ha tenido que sentir mucha envidia de Basso, Kreuziger o Cavendish, todos arropados perfectamente por sus compañeros. Cuando a falta de unos 100 kilómetros el viento amenazaba con pegar de costado se ha tenido que manejar en solitario en cabeza de pelotón, hecho que precisa mucha energía y concentración. A los sumo contaba con un compañero. Pero el colmo ha venido cuando a falta de 7 kilómetros ha sufrido una avería y sólo le ha esperado un compañero. Y además tarde. Al igual que en la crono del primer día, Phinney ha dado muestras de su enorme potencial para rodar muy deprisa en el llano y gracias a eso ha podido entrar en el grupo y mantener la Maglia Rosa, que seguramente será lo mejor que vaya a hacer el equipo en toda la carrera. El resto de compañeros le han esperado cuando Phinney estaba a 100 metros del pelotón. Ha sido ridículo. Exceptuando a Hushvod, que debía entrar en el esprint, y Pinotti, que luchará por un buen puesto en la general, el resto debían de haberse parado, y haberse dado la vuelta si hubiera hecho falta, a lo pocos segundos de la avería de Phinney. Su condición bien lo merece. Pero no lo han hecho y lo ha visto todo el mundo. Como equipo se merecen un suspenso.
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