No sé cual es la razón exacta pero este Giro no me está gustando. De momento. Pocas cosas me resultan atractivas y no veo más que razones para la crítica, sobre todo a los grandes corredores, que no están siendo merecedores de elogio alguno. Dije al principio del Giro de Italia que esta carrera no tendría ganador, que no había favoritos de entidad. La primera semana me ha dado la razón. Además de Phinney, Navardauskas, y Malori, ahora resulta que el gran Hesjedal, seguro donde los haya, también se enreda en problemas en puertos de categoría menor. Hoy casi pierde el liderato.
No lo ha hecho porque hay corredores que no entiendo a qué juegan. La mayoría son los teóricos favoritos. Hoy parecía que todos se iban a comer el mundo, han lazando unas amenazas tremendas camino del último puerto, pero llegado el momento han sucumbido ante los gregarios, que están teniendo un comportamiento mucho más ejemplar que los líderes. Ninguno ha hecho ni el menor amago de ataque. Entiendo que no habrán podido, porque si no es como para despedirlos, pero si el ganador del Giro no es capaz de atacar y romper un grupo de 30 corredores con 2 kilómetros con rampas cercanas al 10%, estamos apañados. Si no son capaces de salir de la estela de sus gregarios habrá que pensar seriamente en ofrecer más protagonismo a corredores que se pasan el día tirando en balde.
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