Dos equipos gemelos

El OmegaPharma es el primer Campeón del Mundo de contrareloj por equipos, un título que no es menor porque a razón del espectáculo que se ha vivido hoy en Valkenburg la carrera puede tener continuidad. Debe tenerla. Siempre he defendido este tipo de pruebas, aunque creo que en las vueltas por etapas no conviene que tenga una importancia excesiva, y en distancias cortas no la tiene y es una auténtica exquisitez para la vista.

En lo que se refiere a la lucha por la victoria se han cumplido los pronósticos, el OmegaPharma y el BMC han estado muy por encima del resto. Se esperaba algo semejante. Eran los únicos que concitaban las características requeridas para el oro. Han sido dos equipos muy similares. Un calco. En el BMC dos de los seis integrantes habían estado en la Vuelta a España (Gilbert y Ballan), lo cual siempre supone una garantía. En el Omegapharma Tony Martin y Terpstra partían con la misma ventaja. Phinney, Pinotti son especialistas contra el crono, lo mismo que Chavannel y Velits. Más igualdad. Y Boonen y Van Garderen también se desenvuelven bien. Y en cada equipo también había un corredor algo inferior al resto: Quinziato en el BMC y Vandewalle en el Omegapharma. Dos equipos gemelos, vamos.

Los dos equipos han estado muy parejos en los tiempos intermedios y también en la estrategia de mantener a los seis hombres casi hasta el final, prueba inequívoca de la homogeneidad de ambos grupos. El BMC ha contado con la ventaja de conocer las referencias de sus contrincantes, circunstancia que ha aprovechado para apretar al final pero que sólo le ha servido para acercarse al tiempo del equipo belga que hoy ha rozado la perfección.

En la carrera de hoy no ha habido ataques ni desfallecimientos entre los adversarios, pero la espectacularidad de la prueba y la incertidumbre que han mantenido los equipos citados, bien merecen dar continuidad a una competición que prestigia la labor de todo un equipo.