En el ciclismo no hay mejor estrategia que ser el más fuerte. De poseer esa cualidad y con la ayuda de un equipo decente, la victoria está casi asegurada. Es lo que ocurre con Cancellara en las clásicas del pavés. Sin la oposición de Tom Boonen, no tiene rival, la única duda es el tipo de exhibición que va a dar. Si arrancará a 35 de meta como en Harelbeke; si soltará a su adversario número uno en un empedrado empinado como en Flandes; o si batirá al esprint al único superviviente de su apisonadora como lo acaba de hacer en Roubaix.
Cancellara, y su equipo, merecen un sobresaliente. Nunca es fácil ganar, y lo es más difícil siendo el único favorito y cuando todo el mundo corre en contra de uno. Pero todo es más fácil cuando se cuenta con el potencial y la experiencia del suizo. Pese a ponerle contra las cuerdas, ha manejado la carrera como le ha venido en gana. Ha dejado hacer cuando la situación lo permitía, y ha tomado el mando cuando el guión así lo exigía. Un auténtico maestro.
Pero no es único que merece alabanzas. Al Omega no se le puede exigir más, Lefevere debe felicitar a sus chicos uno por uno. A Steegmans, a Terpstra, a Vandenbergh, a Chavanel, y a Stybar. Han realizado una carrera genial. Han llevado la pizarra al pavés, y eso no es sencillo. El ciclismo es un deporte simple, el poder físico tiene mucha más importancia que la estrategia y es complicado que ésta se imponga. Hoy casi lo han conseguido, o cuando menos lo han intentado de verdad. Se agradece. El juego del Sky, el BMC, el Orica, el Vacansoleil y el Blanco ha sido similar pero con menos protagonismo por carecer del nivel de los Omegas, a excepción de Vanmarcke que con su segundo puesto ha logrado la confirmación en el pavés (el año pasado ganó la Het Nieuwsblad a Boonen). Ahora debe añadir regularidad.
Es una pena que en tu articulo no se mencione a un chaval de 24 años que ayer dio espectáculo y disputo la carrera al mismísimo Cancellara. Ah, ya, quedo segundo. Por cierto, su nombre: SEP VANMARCKE