Vincenzo Nibali realizó la semana pasada unas declaraciones a la página italiana tuttobici que por, por lo visto, otros periodistas de aquel país no quieren airear en exceso, no vaya a ser que todo el mundo se dé cuenta de la grave crisis en el que está inmerso el ciclismo italiano en los últimos años. Declaró el campeón italiano, que antes de irse al proyecto de Bahrein, habían intentado crear una estructura propia en Italia pero que fue un intento baldío porque nadie está dispuesto a invertir en el ciclismo. Lo cierto es que actualmente Italia no tiene ningún equipo propio en el World Tour, con todo lo que eso supone para un país como el transalpino, que lo ha sido todo en el ciclismo.
Cualquier mirada al pasado ofrece una imagen diametralmente opuesta. Italia era la envidia del mundo entero en todos los aspectos: corredores (número y calidad) patrocinadores, equipos, estructuras, organizaciones, investigación, material, preparación, medicina etc…Ahora la situación es desoladora. Aunque cuentan con Vincenzo Nibali y Fabio Aru para las grandes vueltas, y es el segundo país con más corredores en el Wolrd Tour después de Francia, la emigración es la única alternativa para mantenerse en la élite. O emigran los corredores o emigran a por patrocinadores. Nibali correrá en un equipo de Bahrein; Aru en uno kazajo, y lo que era el Lampre-Mérida, tendrá un patrocinador chino.
El problema de tener que irse al extranjero, no es un dilema exclusivo de Italia, la globalización ha facilitado la salida de muchos corredores a equipos de otros países más pujantes, pero lo de Italia, es si cabe, más grave por la caída tan alarmante que ha sufrido y porque no ha sabido anteponerse a una decadencia que no ha venido de la noche a la mañana, sino que ha sido paulatina. Superar una crisis económica tan grave como la que está sufriendo el sur de Europa no es fácil, pero Francia que también ha tenido lo suyo es un ejemplo opuesto. Cuando se descubrió el affaire Festina, se temió que se llevara por delante a todo el ciclismo francés, pero, en cambio, salió fortalecido. En 1997 Italia contaba con 11 equipos en una élite que estaba compuesta por 26 equipos; Francia con 6. A los 10 años Francia se mantenía con 5 equipos siendo al país con más representantes en el World Tour. Italia sólo contaba con dos equipos, preludio de la situación actual.
La globalización ha ofrecido algunas nuevas oportunidades pero también algunos problemas de la que nadie ha estado exento. En la actualidad no hay ningún país con más de tres representantes en el World Tour (Estados Unidos) y en cambio hay 13 nacionalidades diferentes cuando hace 20 años solo había 7. Todos los países llamados tradicionales en el ciclismo han mermado en su potencial de equipos, pero Italia se ha visto engullida por la globalización, seguramente por haberse dormido en los laureles.
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