Remco Evenepoel, demasiado rápido

La vida de Remco Evenepoel va a una velocidad de vértigo, algo nada positivo cuando hay cosas que necesitan de una cocción más lenta. Su repentina llegada del mundo del fútbol al ciclismo, su ascenso al campo profesional directamente desde la categoría Junior donde lo ganó todo, sus primeras victorias, su grave caída en el Giro de Lombardia, su prematura participación el Giro de Italia, sus disgustos, los malentendidos, las discusiones, la enorme presión a la que es sometido constantemente, es imposible de digerirlo en tan poco tiempo. No hay ser humano que lo pueda soportar, porque no ha tenido tiempo de aprender y asimilar algunas cosas básicas, algo que se manifestó ayer en la Flecha Brabancona, donde cometió algunos errores infantiles. 

El primero, desplazar a un compañero de escapada (Ben Turner) poniéndole la mano encima, cosa muy mal vista en el pelotón. Consciente de su error, le pidió perdón inmediatamente según declaró cuando los periodistas le preguntaron sobre su mal gesto. 

El segundo error fue algo que se viene repitiendo en diferentes situaciones, y que tiene que ver con la técnica o manejo de la bicicleta, algo que, por cierto, lo está mejorando como se vio en las rápidas bajadas que realizó en en la Itzulia, pero aún tiene mucho margen de mejora, sobre todo en el pavés, superficie que, por cierto, detesta. El Hertstraat, un repecho ni largo ni duro, 700 metros con rampas máximas del 9,4%, se convirtió en un infierno en las cuatro ocasiones que lo subieron, y no precisamente por falta de fuerza, como se veía en los posteriores repechos, si no por una simple cuestión técnica. Cuando el resto de los corredores de la escapada eran capaces de mantenerse en el canal de agua con una superficie más lisa y por tanto oponiendo menos resistencia al rodar, Evenepoel (y Barguil) no lo eran y por tanto tenían que ascender por el pavés gastando mucha más energía descolgándose en cada ocasión, y teniendo, luego, que hacer un sobre esfuerzo que hipotecó sus posibilidades de victoria. 

Tras los problema del pavés, Evenepoel declaró que es muy poco probable que algún día corra el Tour de Flandes. Evidentemente, como no mejore su técnica será un handicap muy difícil de salvar. 

Si todo esto fuera poco, cada vez que alcanzaba al grupo cabecero, casi sin darse un respiro para poder recuperarse del esfuerzo realizado, se ponía a atacar, a tirar o a cerrar los huecos que dejaban los demás. Lo quería hacer todo tan rápido, que en mi opinión, corrió de una forma anárquica, sin pausa ni inteligencia. 

No hay dudas que Evenepoel tiene muchas más virtudes que defectos para ser un gran campeón, pero debería aminorar la marcha para aprender e interiorizar esos detalles que son imprescindibles para llegar a donde pretende.