Patrick Lefevere azuza a Julian Alaphilippe

Hace tiempo que Patrick Lefevere no practica la discreción en sus declaraciones, habla sin pelos en la lengua, con la sabiduría que otorga la experiencia, la osadía de la edad y sin la necesidad de quedar bien con nadie, lo que más de una vez le ha propocado algún patinazo y muchas críticas,  que, la verdad se ha dicha, le han resbalado como si estuviera impregnado de aceite. Últimamente habla siempre desde un púlpito por el que cree verter la verdad absoluta sin ningún tipo de complejo. Ésta vez el destinatario de sus mensajes ha sido ni más ni menos que su corredor Julian Alaphilippe. 

Nada más iniciar la concentración del equipo en Calpe, el mensaje que le ha lanzado a través de la prensa ha sido muy nítido, y duro en mi opinión. “Creo que Alaphilippe me debe algo, una revancha”, ha declarado en las páginas de Le Derniere Heure. “Julian”, prosigue en la entrevista, “tiene el salario de un campeón pero tiene que demostrar que aún lo sigue siéndo. No me importa si no vuelve a ser nunca más Campeón del Mundo, pero en los últimos años no ha ganado mucho”, reconociendo, eso sí, que, “es cierto que ha tenido mala suerte, pero siempre son los mismos los que tienen mala suerte y los mismos los que son afortunados”, ha apostillado. 

Seguramente no ha mentido en nada. Si nos fijamos en su palmarés ha habido un descenso notable en su número de victorias en los tres últimos años en comparación a las temporadas 2018-2019, que fueron extraordinarias y en las que logró 12 victorias en cada una de ellas,  cantidad que no alcanza ni sumando las tres últimas campañas:  2 en 2022, 4 en 2021 y 3 en 2020. De todas formas a excepción de éste último año, en 2020 y en 2021 logró el Campeonato del Mundo y sendas etapas en el Tour de Francia, que no creo que sea un bagaje pobre para ningún corredor. 

Tampoco miente en lo de la mala suerte. Desde aquella aparatosa caída en el Tour de Flandes de 2020, ha sido foco de un sinfín de caídas y enfermedades que le han ido lastrando de forma manifiesta y que le han impedido prepararse con la tranquilidad adecuada. Siempre ha llegado de forma apresurada a casi todas las citas. En diciembre de 2020 aún declaraba que la doble rotura del metacarpio que le provocó la caída en Flandes no le permitía un apoyo normal y mucho menos desarrollar toda su fuerza.

El peor año ha sido sin duda éste que acabará en breve. Con 38 de fiebre no pudo presentarse a la Milán-San Remo y anteriormente sufrió una aparatosa caída en la Strade Bianche, que afortunadamente no tuvo mayores consecuencias, aunque pareció ser el presagio de lo que vendría no mucho más tarde. La escalofriante caída de la Liege hizo temer por su vida a más de un ciclista que la presenció en directo. La factura fue muy cara; adiós al Tour de Francia.

Cuando comenzó a recuperarse (ganó una etapa en el Tour de Walonia a finales de Julio) dio positivo por Covid, y en la Vuelta tuvo que retirarse tras la caída en la 11ª etapa con final en el Cabo de Gata donde se le salió el hombro. Con tantos contratiempos es muy difícil estar a la altura de las expectativas, y no creo que al francés se le pueda achacar ser un corredor torpe o poco hábil con la bicicleta, si no más bien todo lo contrario. 

Evidentemente pocos conocerán a Alaphilippe como su mentor y a lo mejor esas declaraciones buscan estimular la motivación del ciclista francés para que vuelva a integrarse en el selecto grupo de corredores espectaculares y ganadores que conforman Evenepoel, Pogacar, Van Aert, Van der Poel y pocos más, pero tengo la impresión personal que han sido algo excesivas y expuestas de forma tan brusca que podrían provocar el efecto contrario. 

Si Alaphilippe vuelve a ganar todo irá como la seda, en caso contrario ya sabe a lo que se expone. Lefevere no se anda con tonterías y tampoco, siempre, con besos.