El Tour de Francia 2008 ya es historia pero ninguna efeméride la recordará como un acontecimiento de gran nivel. Ha sido un Tour muy igualado, abierto. Se aceptaba cualquier pronóstico hasta casi el último día y por eso se ha mantenido la incertidumbre hasta la meta final. Ese ha sido su atractivo principal. Ha tenido muchos altibajos y la mayoría de las predicciones se han quebrado en el camino hacia París. Hasta los juicios mejor razonados han sido anulados por la realidad.
Si no tuviéramos memoria o hubiera sido la primera vez que presenciamos una prueba ciclista, hubiera sido la carrera perfecta. Pero el recuerdo siempre recurre a aquellas imágenes más brillantes y en la edición de este año han sido más bien escasas. En la Vuelta a España ocurre lo mismo. De forma inconsciente se la compara con el Tour de Francia, y evidentemente, siempre sale perdiendo. Lo mismo le sucederá al Tour 2008. Pero este es el ciclismo que existe en la actualidad. Algunos se han querido saltar las normas (Ullrich, Basso, Vinokourov, Ricco…), y otros (el Tour) han cometido la injusticia de dejarnos sin Contador y todo el Astana.
Si tuviera que definir el Tour de este año diría que ha estado lleno de imprevistos, ha sido un Tour disputado pero sin brillo. Reconozco que me ha sorprendido (gratamente) la victoria de Carlos Sastre, y mucho más ver a Bernard Kohl y Cristian Vande velde entre los cinco primeros. Mi apuesta era por Cadel Evans y ha fallado. Ha perdido una oportunidad histórica, y creo que las razones son evidentes. Le ha sobrado la última semana. Ha llegado sin un gramo de fuerza, lo que indica que ha errado en la preparación. Es, quizás, la única teoría que se ha cumplido en este Tour de Francia. Todos aquellos corredores que en Junio estuvieron en una gran forma e intentando por todos los medios conseguir victorias importantes o puestos de honor, han llegado sin reservas a la última semana. Los ejemplos son abundantes y significativos. Carlos Sastre fue 20º en la Dauphiné y ha terminado ganando el Tour. Bernard Kohl se retiró, y ha finalizado 3º en París. Samuel Sánchez se clasificó en 45º lugar en la Dauphine y ha terminado pletórico con un 7º puesto. Sus compañeros de equipo Haimar Zubeldia y Mikel Astarloza, han recorrido el camino opuesto, al igual que Alejandro Valverde (primero en Dauphine, 9º en el Tour), Cyril Dessel, Silvester Szmyd, Maxime Monfort etc. Evans, ha sido segundo en ambas pruebas, al igual que el año pasado. Por lo visto, no ha aprendido de los errores.
Con la Vuelta a Suiza ha ocurrido algo semejante, aunque no tan acentuado. Kreuziger ofreció una auténtica exhibición (sobre todo en la cronoescalada) y en el Tour ha logrado el 13º, que no está nada mal, pero ha estado por debajo de corredores (Andy Schleck, Kim Kirchen) que en Suiza no pudieron con su ritmo. Cunedo y Lovkvist fueron 4º y 5º respectivamente y en el Tour apenas han tenido protagonismo.
Estos datos invitan a una profunda reflexión que muchos corredores deberían realizar antes de cometer el mismo error.
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