No se pueden sacar grandes conclusiones de una prueba de 4,8 kilómetros contra el crono y menos cuando se trata de un recorrido tan ideal para especialistas. La victoria de Fabián Cancellara estaba cantada y creo que lo ha logrado incluso sin estar al cien por cien, porque creo que su objetivo de final de temporada es el Campeonato del Mundo que se celebrará en Mendrisio, Suiza, su país natal y no conviene estar en plenitud con tanto tiempo por delante. Tampoco debe extrañar a nadie ver a los esprinters (Boone, Farra, Bennati) en los primeros puestos dado que se trataba de una crono donde la potencia y la aerodinámica primaba sobre otras características. Si la prueba hubiera sido más larga y más lenta, no se hubieran asomado tanto a los primeros puestos.
Lo que si me ha llamado la atención es el octavo puesto de Ivan Basso. El italiano es un corredor resistente, escalador, de poca potencia y nada especialista en este tipo de pruebas. Por ello el hecho de que haya estado a la altura de Vinokourov, Valverde o incluso por encima de Cadel Evans, es un dato a tener en cuenta porque demuestra que está en condiciones de disputar la Vuelta a España. Y calidad para ganarla, la tiene. Nadie se debe sentir amenazado por ese puesto que ha obtenido el ciclista del Liquigas, porque salvo alguna excepción nadie ha tenido un retraso excesivo, pero sus acciones en bolsa han subido de forma importante.
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