Les cuesta, pero al finál se dan cuenta de las cosas.
Primero fué el “Protour”. Mucha gente se subió al carro desde el principio. Claro había que decir que sí, en una reunión de poderosos, no les puedes llevar la contraria. Otros en cambio, vieron desde su inicio el caos que se avecinaba. En esos casos ya saben que el poderoso con su buena palabrería (bla bla bla bla…) tira por tierra toda la razón que tiene el que no se ha subido al carro. Mientras tanto, el ciclismo cae en picado. Las vueltas de una semana que tanta importancia tenían en España, tienen problemas para organizarse. La vuelta a Aragón desaparece y la mayoría baja muchísimo su nivel participativo. Es evidente que los efectos han sido catastróficos.
Ahora se han dado cuenta, y los que se subieron al carro se están ya bajando de él. ¡Claro! Es que el poderoso ha visto mermado su poder y ya no tiene tantos amigos. En fin, para que hablar…
Lo mismo ha sucedido con el tema de la localización. En Europa, desde muchos sectores se defendió este sistema, mientras tanto unos pocos luchaban contra él sin éxito. Esta semana, un ciclista Belga era requerido para pasar un control, minutos después de incinerar a su recién nacido. Hasta este punto hemos tenido que llegar para echarnos las manos a la cabeza.
El caso es que quizá necesitan más tiempo para darse cuenta de las cosas, pero al finál se dan cuenta.
¿Serán capaces de recular ante tanto error?
¡Será dificil que el podoroso reconozca sus errores!
¡Antes le dará la vuelta a la tortilla, nuevamente con su buena palabrería e intentará convencer a esos que tan facil se suben a carro ganador! ¡Que triste!
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