Cada vez existen mas datos sobre la seriedad y dureza de los controles antidopage, pero pese a todo la gente seguirà con lo suyo, es pràcticamente imposible cambiar los prejuicios de las personas. Tomemos como ejemplo a Fabian Cancellara. El suizo se ha sometido a 55 controles durante 2010. Haciendo unas simples cuentas ha sido controlado casi una vez por semana, tanto en carrera como fuera de ella. La última vez que ha tenido que donar orina fue el pasado día de Navidad. Sin previo aviso, por supuesto.
El mejor especialista contra el crono se ha mostrado algo contrariado con el trato recibido por parte de los comisarios de la UCI y en parte tiene razón porque son días especiales y nadie espera un “regalo” de esas características. Pero por otra parte, demuestra la intransigencia por parte de las autoridades contra las prácticas ilegales y ofrece una credibilidad que aún no ha cuajado en la opinión pública.
Desconozco si Cancellara se ha dopado alguna o muchas veces pero habiendo sido testado casi semanalmente no lo tendria fácil. Reconozco que aún siendo un engorro pasar tantos controles, es el camino para recuperar la imagen que merece el ciclismo y aunque sea luchar contra molinos es una batalla que hay que ganar.
Efectivamente ha pasado muchísimos controles y desde la distancia eso puede suponer que los controladores de la UCI están viendo algo un tanto “anómalo” o “atípico”, pero que no consiguen un control positivo. Dado que siguen viendo algo raro, siguen controlándolo a horas intempestivas, fiestas,… a ver si terminan objetivando lo que piensan (estén confundidos o no, los controladores):