Lars Boom debe creer mucho en él. Un ciclista que renuncia voluntariamente a las posibilidades de proclamarse Campeón del Mundo de ciclo-cross tiene mucha fe en sí mismo. Lo del ciclo-cross evidentemente no lo tenía seguro, pero hubiera sido junto con Zdenek Stybar, Niels Albert y Sven Nys uno de los principales favoritos para hacerse con el Oro. Pero mucho antes de que se disputara la cita de Sinkt Wendel, Boom ya había manifestado su intención de centrarse exclusivamente en la carretera.
Hoy ha ganado el prólogo del Tour de Qatar, su segunda victoria en la especialidad tras la conseguida el año pasado en la París-Niza. Ha batido a todo un Fabián Cancellara, hecho que está al alcance de muy pocos corredores. Además de su dotes innatas, sin duda que su experiencia en el ciclo-cross han sido decisivas en esa victoria. Por una parte el ciclo-cross es una especialidad tremendamente exigente donde la intensidad del esfuerzo está continuamente casi al límite, situación que se da en las cronos, especialmente las cortas. Y por otra parte, el hecho de haber participado (y ganado) en algunas carreras en invierno le ha dado una puesta a punto que todavía muchos no presentan.
Como joven que es (25 años), Lars Boom debe progresar y corroborar todo lo que ha apuntado hasta el momento y parece que este puede ser su año. El verdadero examen lo tendrá en las clásicas de abril, allí donde se miden los más grandes.
otra ventaja de ciclocrossista: lo ratonero del circuito sobre todo en su parte inicial