Vaya por delante que no tengo nada contra las pruebas contra el crono. Son pruebas muy interesantes. Es, sin duda, la especialidad más complicada del ciclismo, porque además de las condiciones innatas de cada uno exige depurar otras muchas características como la concentración, la técnica, la aerodinámica etc. Y si la crono es por equipos las dificultades se incrementan porque hay que coordinar corredores de condiciones diferentes. La prueba, como tal, es además muy plástica, muy vistosa.
Dicho esto, creo que las diferencias que se consiguen contra el crono son excesivas. No hace mucho tiempo, casi bastaba con hacer una buena crono para imponerse en pruebas de una semana e incluso en las vueltas grandes. En la actualidad no ocurre eso. Creo que afortunadamente los organizadores se han dado cuenta que los aficionados prefieran la lucha directa entre corredores, esa que se da en la mayoría de los casos en los puertos de montaña o en las clásicas. Por todo ello cada vez hay menos crono y de menos kilómetros. Pero, siempre hay alguna excepción y la Tirreno-Adriático de este año se ha sacado de la manga una crono por equipos, cosa que no había sucedido nunca. Además, la última etapa también será contra el crono. Dos en una semana. Una exageración a mi entender y las consecuencias no tardarán en llegar.
El Rabobank ha sacado una tajada que marcará la carrera, porque hay muchos motivos para que reduzcan la carrera a un control total. Por una parte la defensa del liderato de Lars Boom. Por otra parte la llegada al esprint en beneficio de Oscar Freire. Y la última y más importante, las verdaderas opciones que tiene Robert Gesink de llevarse la carrera.
No faltarán intentos de escapada, porque el recorrido y la participación de la carrera se prestan a ello, pero, en mi opinión, la carrera ha quedado condicionada por las excesivas diferencias que ha dejado la crono por equipos. Una pena.
Aupa Xabi, donde se pueden ver las imagenes de la Klasika de Aiztondo? eskerrik asko