Es probable que sea por el calor, quizás porque estamos en Septiembre, o a lo mejor porque muchos corredores tienen garantizado su futuro y no tienen ni una pizca de motivación. Pero lo que hemos visto hoy en la tercera etapa de la Vuelta a España no es normal. Las diferencias en meta parecían de una etapa de verdadera montaña. Tampoco es habitual que una escapada formada modestamente a principios de la etapa con el consentimiento del pelotón llegue a meta en la primera semana de la carrera, menos aún teniendo en cuenta que hay una larga lista de esprinters.
No hace mucho tiempo era casi imposible romper el pelotón incluso en puertos de primera categoría, y resulta que hoy en uno de tercera el pelotón ha quedado hecho trizas. Creo que la gente está justa de fuerzas, nadie se ha mostrado excesivamente fuerte. En el ciclismo actual las exhibiciones han quedado solamente en manos de los verdaderos campeones.
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