No ocultaré ahora que no daba un duro por Nairo Quintana, a quién consideraba un gran escalador pero un nefasto contrarrelojista como a la mayoría de los corredores colombianos. Los datos avalan mi suposición. No me vale ahora que digan que hizo tercero en la crono de la París-Niza. Aquello era una cronoescalada, especialidad en la que cualquier buen escalador puede realizar un trabajo decente. Pero la crono de hoy era larga, dura y sobre todo complicada técnicamente. Exigía muchos cambios de desarrollo y cadencia, y una técnica depurada. Por eso ha sido una sorpresa el rendimiento y la victoria final del colombiano en la Vuelta al País Vasco, porque ha supuesto un vuelco total a los pronósticos y a lo que han sido los escaladores colombianos y él mismo hasta el momento. Nairo tiene el físico de un escalador pero un motor que le permite hacer todo muy bien.
Para mi ha habido cuatro grandes sorpresas en la crono de hoy; dos positivas y dos negativas. Las positivas han venido del mismo equipo, del Movistar. Una la citada de Quintana, y la otra de Beñat Intxausti, que con su actuación estelar ha confirmado que estaba para disputar la carrera. Si no llega a ser por la caída de la primera etapa el corredor vizcaíno hubiera estado en la pomada, situación que espero se repita en el futuro porque calidad tiene para ello.
Las sorpresas negativas han sido Richie Porte y Alberto Contador, que no han estado a la altura esperada. Porte estaba siendo el hombre de las cronos en este inicio de temporada, había ganado en la París-Niza y en el Criterium Internacional de forma clara y todo hacia presagiar que lo haría hoy para llevarse la carrera. Durante toda la semana ha dado la sensación de ir sobrado pero hoy ha estado por debajo de lo que se esperaba. Por si alguien tenía dudas en el Sky no hay milagros, todos los corredores están sujetos a los caprichos del cuerpo humano. A veces rinden, otras no tanto. Es lo lógico, lo natural.
Alberto Contador también merece una mención especial. La Vuelta al País Vasco no ha hecho más que corroborar lo que presentía más de uno. No es el que era. En estos momentos no, y ocultarlo no beneficia a nadie. Éste tema no admite discusión, los datos son contundentes, su forma de correr también. Antes atacaba y se iba. Ahora no. Antes también decidía en la crono, ahora se tiene que conformar con puestos muy discretos. Según ha twitteado no ha encontrado el ritmo en la crono. No es un caso aislado. Tampoco lo hizo en San Luis, ni en la Tirreno. Hay que saber el por qué y eso exige análisis y autocrítica.
Algo similar le ocurre al Euskaltel, que ha estado por debajo de lo que es habitual. La carrera ha transcurrido con más pena que gloria para uno de los equipos de casa, sustituido esta vez en cuanto a protagonismo por el Caja Rural, que con la bravura de Amets Txurruka y el nivel demostrado por Omar Fraile ha sido lo mejor de los de casa (junto con la crono de Intxausti). A Samuel Sánchez, preparando el Giro de Italia, no se le esperaba y bastante ha hecho con disputar con opciones una etapa. Puede que algunos de sus fieles escuderos estén también faltos de preparación por el mismo motivo, pero no es el caso de todos. Juzgar este rendimiento como normal sería aceptar que esos corredores no pueden dar más de sí, y eso no es verdad, son mejores que lo que se ha visto.
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