Aunque se le esperaba a Bradley Wiggins, el patrón del Giro de Italia es Vincenzo Nibali. Bien por la crono larga y por las exhibiciones en la temporada pasada, todo el mundo lo instaló en el primer cajón de Brescia sin haber disputado un solo kilómetro. Pero el Giro de Italia no es el Tour de Francia, tienen diferencias notorias, la meteorología y la dureza de los puertos, por citar dos nada más. Creo que se han subestimado ambas y en solo una semana han pasado factura a más de uno, sobre todo a Wiggins, al que hemos descubierto deficiencias hasta ahora desconocidas en él.
La primera, la torpeza técnica, característica que había pasado inadvertida hasta este Giro de Italia. Si vemos las imágenes del Tour de Francia pasado, Wiggins iba siempre en cabeza, bien visible con su reluciente maillot amarillo. Sin ir tan lejos, en la Volta a Cataluña de este año él y su equipo provocaron un corte en una bajada técnica. Parecía un virtuoso de los descensos, pero no lo es según ha podido comprobar el mundo entero. Tiene el miedo metido en el cuerpo y me resulta incomprensible saber la razón. Lo entendería si se hubiera roto el cráneo o hubiera sufrido alguna caída con consecuencias graves, pero no es el caso.
Para ganar las vueltas grandes además de tener muchas virtudes es necesario saber ocultar las debilidades y Wiggins ha quedado al descubierto en ese aspecto. Ahora todos saben qué deben hacer para que la herida sangre. Pero su único problema no son la lluvia y las bajadas, tampoco está dando el nivel que se esperaba en la montaña. Dice que está mejor que nunca y quizás así lo demuestre su potenciómetro, pero no la carretera. Ahí está la etapa de ayer, la prueba del algodón. Pensando que les convenía hacer la carrera dura, tomaron las riendas del pelotón. Es una actitud que aplaudo. Tener personalidad es dirigir la carrera por donde se cree que conviene y a Wiggins le conviene una carrera de desgaste, esa es su forma de imponerse. Nunca lo hará por ataques, no es su fuerte, el tiene que ganar por eliminación. Hacer la carrera dura siempre beneficia al más fuerte, por eso sufrió Wiggins, porque no lo es. Pero se dieron cuenta de ello y supieron maniobrar con rapidez, improvisaron con acierto gracias a Urán, un corredor que vale para todo, para trabajar y ganar. Su temporada está teniendo mucho mucho mérito. Sin su victoria el golpe hubiera sido mucho mayor.
Visto lo visto, creo que el Sky debería cambiar su planteamiento inicial. Wiggins no aprovechó la crono larga y en montaña no es el más fuerte. No creo que pueda ganar el Giro. Si el equipo británico, al igual que hizo ayer, cambia de estrategia y apuesta en serio, sin miedo a perder, por una estrategia conjunta con Uran y Wiggins, podrían poner en aprietos a Nibali. Seguramente no logren desbancarlo, pero ofrecerían un espectáculo único. Seguiré con esa esperanza.
Faltan dos semanas. Nibali beherantza egingo du.Ebans gora. Wiggins????
Oso gustora Giroa ikusten