El fin de semana ha estado lleno de buenas noticias, sobre todo para el ciclismo belga, que de una tacada ha reafirmado la solidez de uno de los mejores clasicómanos del momento, Greg Van Avermaet, y de paso se ha confirmado la llegada de dos jóvenes talentos que están decididos ha quedarse en la élite. Tiejs Benoot y Jasper Stuyven en nada se llevarán todos los galones que deberán dejar los más veteranos.
Greg Van Avermaet ya tiene la clásica que le hacía falta. La primera para comenzar a explotar todo su potencial, que, como viene demostrando, es mucho. La victoria en la Het Nieuwsblad fue contundente y le otorgará esa confianza que necesita para rematar las extraordinarias actuaciones que está llevando a cabo en un clara progresión. Lleva unos tres años acariciando las pruebas más importantes del pavés, o la Strade Biancha, e incluso la Amstel Gold Race, lo cual demuestra el amplio abanico de sus posibilidades. Tras haberle batido en la pasada Tirreno-Adriático e incluso en el Tour de Francia a Peter Sagan en el esprint, ahora se tiene que convencer que puede hacer lo mismo con Kristoff, Degenkolb, Cancellara o Boonen, hombres que quizás hayan sido más rápido, pero que no llegan más fuertes que él.
Ya que lo he mencionado, me quiero referir en una cuantas líneas a Peter Sagan, al que he visto más maduro que en temporadas anteriores. El sábado cuando arrancó Luke Rowe (que también merece más de un elogio) en el muro de Taaienberg, Sagan no fue capaz de seguir ni a Rowe, ni a Van Avermaet, ni a Benoot, pero tras el repecho mantuvo un ritmo constante que le permitió enlazar con los tres hombres que le llevaban un distancia nada despreciable. Además, en esa actuación dejó de rueda a Daniel Oss, hecho que demuestra que Sagan había regulado las fuerzas para un uso más eficaz. Seguramente haya perdido algo de explosividad, un perjuicio importante cuando hay que rematar, pero ha ganado en madurez, cosa que no le vendrá nada mal para no malgastar las fuerzas como había hecho en más de una ocasión en temporadas pasadas.
En cuanto a Tiejs Benoot y Jasper Stuyven, todo indica que ésta temporada debe ser el punto de partida para un carrera profesional brillante, pero no conviene presionarlos, riesgo que se corre en Bélgica porque todo el mundo está buscando de forma apresurada el sustituto de Tom Boonen. Benoot es un corredor muy precoz que ya el año pasado fue 5º en el Tour de Flandes y G.P. de Montreal y 4º en la Paris-Tours con tan sólo 21 años. Por lo que se vio el sábado, sigue con su progresión imparable. Tiene físico, personalidad, ambición y los pies en el suelo, algo imprescindible para no obsesionarse con los halagos que oye alrededor.
Y para finalizar, aunque los titulares de Jasper Stuyven llegaron el domingo con la exhibición que protagonizó en la Kuurne-Bruselas-Kuurne, donde realizó una auténtica persecución con el pelotón pisándolo los talones, el sábado hizo algo similar saltando del pelotón en los últimos kilómetros y manteniéndose de puente entre el grupo cabecero y el pelotón durante no pocos kilómetros, hasta que se cayó en un curva por haber entrado demasiado rápido.
Me dejó deslumbrado la facilidad con la que rueda ese chaval de 23 años, ganador el año pasado de una etapa en la Vuelta a España en Murcia con la muñeca rota. Stuyven tiene una pisada portentosa, un pedaleo bien acompasado y un estilo muy refinado que le convierten en el relevo natural de Cancellara en el Trek-Segafredo.
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