Que yo sepa no ha transcendido ninguna noticia al respecto, pero me da que Dave Brailsford, el brillante mánager del Ineos, elevado a Sir gracias a sus logros deportivos al frente del equipo nacional británico, tiene que ser un gran jugador de ajedrez, capaz de inventarse alguna jugada maestra que incline la partida a su favor cuando las cosas están muy feas. Así entiendo yo la inesperada incorporación de Richard Caparaz en el equipo del Tour de Francia. Que Chris Froome quedara fuera era algo lógico tras lo visto en la Dauphiné, carrera que puso los puntos sobre la íes sin otro criterio que el deportivo, sin duda el más eficaz de todos. Lo de Thomas ha sorprendido más porque el galés podría haber tenido un margen de progresión importante pero quizás no hubiera llegado al nivel exigido y por ello ha decidido otorgarle más tiempo para prepararse con garantías para el Giro de Italia, carrera que bien podría ganarla si ofrece su mejor nivel deportivo. Pero para mi la mayor sorpresa ha sido la entrada de Carapaz, cambiando de forma abrupta su calendario en un equipo que, hasta el momento, jamás se había desplazado ni un milímetro de los planes establecidos para cada líder. Pese a contar con algunos riesgos en la faceta física, el cambio puede suponer un golpe de efecto en el plano psicológico.
Brailsford, y todo el mundo, se ha dado cuenta en la Dauphiné, que, en estos momentos, el Jumbo-Visma está muy por encima de sus chicos, y que Roglic, y esto es lo más decisivo, también. Si Bernal no es capaz de subir un par de puntos su puesta a punto y Roglic no pierde lo que tiene ganado, Brailsford sabe de sobra que tiene perdido el Tour y para intentar remediarlo ha tenido recurrir a todo su ingenio incumpliendo, incluso, uno de sus pilares básicos en cuanto a preparación y calendario. Carapaz iba a ser el líder del Giro de Italia, y, de repente, acudirá al Tour, un cambio de contradice el argumentario de un hombre obsesionado con la metodología.
Pero hay un dato que conviene no menospreciar, el ecuatoriano es el único corredor que le ha ganado a Roglic en los dos últimos años, algo que el esloveno tendrá en cuenta. A priori Roglic está por encima de Carapaz, y éste, en teoría, irá a trabajar para Bernal. Pero no conviene olvidar que precisamente ese fue el esquema que le llevó a ganar el Giro de Italia el año pasado. El líder del Movistar era Landa, pero Carapaz actuó como un electrón libre y luego pasó lo que pasó. Creo que Brailsford intentará algo similar. En los momentos de duda o más sufrimiento, seguro que la presencia de Carapaz (si es que está en la disputa, claro) resultará incómoda para el esloveno, que podría recordar con preocupación lo acontecido en Italia la temporada pasada. Pero por contra, también podría suponerle un aliciente para vengarse de aquella derrota.
El Tour de Francia, como casi todas la vueltas, se decide, sobre todo, por el aspecto físico. Desgraciadamente otras cualidades como la estrategia, la técnica o el factor psicológico no tienen el mismo peso en el resultado final, aunque no conviene desligar éste último de la capacidad física. Precisamente por ser conocedor de esa debilidad Brailsford ha echado mano del aspecto psicológico evocando el único mal recuerdo que guardará Roglic en su memoria, seguramente la única característica en la que el actual Ineos esté por encima del Jumbo-Visma.
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