Empate entre Pogacar y Vingegaard

Parece que a los corredores de hoy en día les arde la impaciencia por mostrarse pletóricos y no tardan más que su estreno en ganar, y en muchos casos, con exhibiciones incluidas. No hay más que fijarse en Pogacar o en la ofensiva que, de repente, ha descargado éste fin de semana el Jumbo-Visma en todos los frentes que ha estado presente. De la noche a la mañana, han pasado de tener una sola victoria de Rohan Dennis en el Down Under, a 7 triunfos y colocarse, de inmediato, entre los más  pródigos. 

La respuesta que ha dado Vingegaard a Pogacar nos ha hecho recordar el duelo que mantuvieron subiendo el Galibier en el Tour de Francia pasado, intentando ambos someter física y psicológicamente al adversario con constantes ataques. 

Nada más darse el pistoletazo de salida, es esloveno ha mostrado una superioridad absoluta pero con un estilo que no resulta insultante. A diferencia de otros grandísimos corredores como Eddy Merckx,  Bernard Hinault o Lance Armstrong, que a la vez de someter a sus rivales a severas palizas, no perdían  oportunidad para aplastarlos de forma tan contundente que rozaban la humillación por su estilo brutal, Pogacar lo hace de una forma tan modesta y delicada que parece un brillante ladrón de guante blanco.  En Andalucia se llevó tres etapas, la General y una sensación de haberse paseado sin despeinarse.

A los pocos días en Galicia, se estrenaba el corredor danés que le hizo colocar los pies sobre la tierra en julio pasado. 

Poco se sabía de Vingegaard más que había permanecido bajo el  anonimato de los entrenamientos realizados en el Teide con su equipo, pero ya ha despejado todas las dudas. Pese a tener una personalidad aún más modesta, e incluso casi esquiva, que su rival,  Vingegaard no ha dejado ni las migajas para el resto del pelotón y no ha encontrado a nadie que soportara su ímpetu por mostrarse rebosante: se ha llevado todas las etapas que han concluido en meta (la primera se suspendió por la nieve) y por supuesto la general con unas diferencias seguramente históricas para una carrera de tan solo tres etapas: 2’31’’ al segundo. Un mundo. 

Tras esta superioridad que han relevado sin disimulo, a partir del próximo domingo se enfrentarán en la París-Niza, un escenario mucho más propicio para medir las fuerzas reales de cada uno, pero de momento se puede concluir que la disputa que mantendrán hasta finales de julio se encuentra en empate técnico.