Juego de tronos

Como a excepción del Campeonato de Eslovenia, que ganó por primera vez Primoz Roglic por delante de Tadej Pogacar, durante más de tres meses no se ha disputado una carrera decente, los rumores que genera el ciclismo son elevados al rango de noticia sin haber pasado previamente ningún tipo de filtro. El tema preferido de conversación es Chris Froome, su posible cambio de equipo inminente al Israel Start Up y su juego de tronos para liderar al equipo en el Tour de Francia, un juego que también está protagonizando Egan Bernal, cada vez más líder según sus declaraciones.

A nadie extrañará que Froome cambie de equipo al finalizar la temporada. Habría más de un motivo para ello. Por una parte, hay un nuevo equipo que por lo visto está pujando fuerte para hacerse con sus servicios, el Israel Start Up que según se está publicando le ofrecería un contrato semejante al actual en lo económico (4,5 millones de euros por temporada), y con una duración de tres años, algo que cualquiera agradece cuando se esta saliendo de una lesión grave, y más cuando se tienen 35 años. Por otra parte estaría la merma que ha sufrido dentro de su propio equipo. No creo que ésta haya decaído al nivel que lo publica la gazzetta dello sport, afirmando incluso que su participación en el próximo Tour de Francia no estaría garantizada. Pero si es cierto que la apuesta clara de cara al futuro de Braislford es y debe ser Egan Bernal, que durante el confinamiento ha estado haciendo declaraciones con una firmeza que demuestran una gran madurez y confianza en sus posibilidades. Bernal ya no es aquel corredor tímido que pedía permiso, incluso, para hablar. Froome debe entender que al igual que en 2013 Brailsford apostó por él arrinconado definitivamente a Wiggins, al amortizado ganador del Tour de Francia 2012, ahora puede sufrir la misma suerte aunque no de una forma tan abrupta. 

Por todo ello, el Tour de Francia, al que este año tampoco le faltan alicientes, puede ser el escenario en el que se repita el juego de tronos que de vez en cuando dan lugar en el ciclismo. Dentro del propio Sky hubo sus más y sus menos durante el Tour del 2012 entre Wiggins y Froome. El equipo Movistar,  pese al video publicado durante el Tour de Francia 2019 negando cualquier contratiempo entre los líderes, fue un ejemplo evidente de descoordinación cuando no existe un liderazgo claro en la carretera. Pero existen un par de ejemplos mucho más significativos para visualizar con claridad la lucha de liderazgos que se han solido dar dentro de los equipos. El más reciente seguramente sea el que se dio entre Contador y Amstrong en el Tour de Francia de 2009. El estadounidense y su director sometieron a una presión terrible al madrileño, hasta que éste, pese a las órdenes en contra, sentenció en Verbier un liderazgo que Armstrong no admitía. 

Pero la lucha más tenaz que se ha dado en el ciclismo moderno en el Tour de Francia, el equivalente al que protagonizaron posteriormente Roche y Visentini en el Giro de Italia de 1987, se dio durante el Tour de 1986 entre el todopoderoso Bernard Hinault y Greg Lemond. Pese a que  el francés había prometido devolver la ayuda que recibió por parte del estadounidense para ganar un año antes su quinto Tour de Francia y lograr el título que por aquel entonces solo compartían Anquetil y Merckx, Hinault ideó todas las artimañas posibles para desbancar al joven Lemond, que tuvo que soportar una extraordinaria presión dentro y fuera de la carrera, incluso la desprotección de su propio director, mi admirado Paul Koechli, mucho más favorable al ciclista francés tal y como queda perfectamente reflejado en el documental “Slaying the Badger”. 

Nada hace indicar que se vaya a dar una lucha tan cruel entre Froome y Bernal en el próximo Tour de Francia, sobre todo porque sus personalidades difieren mucho de lo que era Hinault. Pero si los dos se presentan con un nivel de rendimiento similar y éste les permite luchar por la victoria, habrá sus más y sus menos que como dice Geraint Thomas, el tercero en discordia, será solucionado por la meritocracia. Y es que la carretera ofrecerá un veredicto favorable al mejor durante la toda la carrera. Como siempre.