Como es costumbre, la presentación del recorrido del Tour de Francia ha suscitado la controversia habitual sobre su diseño entre ciclistas, aficionados y periodistas, y como es normal, cada uno tiene su propia opinión al respecto. Lo que está claro y es unánime, es que perjudica a los especialistas contra el crono y favorece a los escaladores, lo que en principio no me parece una decisión errónea porque el número de perjudicados es menor que los beneficiados, lo cual debería ser positivo para la carrera y por tanto me parece una decisión acertada.
En mi opinión lo que busca ese recorrido es el espectáculo, cosa que está mucho más garantizada con etapas de montaña que con mucha crono. Difiero de aquellos que ven en su diseño un guiño a los intereses del Sky. Creo que la organización del Tour de Francia se ha manifestado y comportado claramente en su contra en más de una ocasión, y por ello me resultaría extraño que hicieran eso para intentar favorecer los intereses de un equipo que nunca ha tenido una gran acogida en Francia. El Tour solo defiende sus intereses, solo y por encima de todo.
Además, me resulta difícil imaginar un recorrido anti Sky con el potencial que tienen. El equipo británico ha sido capaz de ganar a todo lo que se ha tenido que enfrentar, como antes lo hicieron otros que también ganaron el Tour y como lo tendrán que hacer en el futuro. El recorrido del Tour, por su nivel de exigencia, siempre favorece a los más fuertes. Wiggins ganó un Tour con 100 kilómetros contra el crono individual; Froome con 65 kilómetros, con 14, con 55, y con 36; Thomas lo ha hecho con 31. Indurain lo hacía con más de 100 kilómetros, pero creo que lo hubiera hecho de igual forma habiendo tenido 30, porque en montaña no era inferior a los escaladores de la época, al igual que Armstrong, Ullrich o Contador a la inversa. Induráin no dejó de ganar el Tour por haberse rebajado los kilómetros contra el crono (en 1996 también fueron más de 100 kilómetros en la lucha individual), si no porque falló en montaña.
Evidentemente el más perjudicado con ese recorrido es Tom Dumoulin, pero aún habiendo diseñado un recorrido con muchos kilómetros intentando favorecer sus posibilidades, nada podría asegurar su victoria dado que dos de sus principales rivales, Thomas y Froome, tienen unas características y nivel físicos similares. Por tanto, habiendo tenido muchos más kilómetros contra el crono, tampoco creo que Froome y Thomas se hubieran sentido manifiestamente perjudicados.
Dumoulin apenas sacó ventaja este año en la crono: aventajó en solo un segundo a Froome y en catorce a Thomas, que se relajó de forma clara en los kilómetros finales. En la crono larga del Giro (34 kilómetros) solo sacó trece segundos a Froome. Es cierto que en Jerusalem hubo una diferencia considerable entre ambos (37 segundos en solo 10 kilómetros), pero nunca fueron suficientes para imponerse en la general final que se llevó Froome. Y también obtuvo una ventaja importante con respecto a Thomas en el Giro del año pasado (49 segundos en 40 kilómetros), pero hay que remarcar que el galés se había golpeado con una moto la víspera y que no estaba en su mejor momento ni anímica ni físicamente.
Por otra parte, ¿qué hubiera ocurrido habiendo doblado o triplicado los kilómetros contra el crono que algunos solicitan? La primera consecuencia directa sería que se borraría del mapa a todos los escaladores con ciertas opciones de victoria o podium. Y la lista es larga: Quintana, Bardet, Landa, Simon y Adam Yates, Nibali, Uran, Aru, Miguel Ángel López, Chaves etc…todos estos quedarían en clara desventaja con respecto a los ciclistas antes mencionados en cuyo grupo se podría incluir también a Roglic y Porte por ser, a priori, buenos contrarrelojistas. Creo que eliminar de un plumazo a tantos corredores y dejarlos en desventaja no sería positivo para la carrera. Los corredores completos (Thomas, Dumoulin, Froome, Roglic, Porte) son tan buenos escaladores que en muchas ocasiones están incluso por encima de los especialistas puros, cosa que no ocurre nunca (salvo rara excepción) a la inversa; los escaladores pierden minutos en ciertas distancias contra el crono.
Huelga decir que no es justo culpar a los corredores completos de ello, pero un recorrido, en mi opinión y en teoría, nunca debe restar el número de posibles ganadores, siempre debe buscar ampliar el número de contendientes para así ofrecer un espectáculo más rico entre corredores de diferentes características, y si para ello debe modificar un equilibrio supuestamente ideal, nunca sería una mala decisión. No creo que el diseño del Tour de Francia responda a un capricho para beneficiar o perjudicar a uno u otro corredor o equipo, si no más bien al intento de ofrecer un tablero donde haya muchos jugadores con opciones similares.
Lo mismo apuntaría en cuanto a la reducción de los kilómetros en las etapas de montaña. No creo que sea un antojo del organizador, sino más bien el resultado de un examen que no arroja más que ese resultado. La realidad es clara en ese sentido. En el Tour de Francia de este año las mayores diferencias que se dieron entre los diez primeros o los hombres fuertes de la general se dieron en la etapa más corta. En la meta de Saint Lary-Soulan (65 kilómetros) se doblaron las diferencias que se vieron en la meta de Alpe D’Huez pese a que ésta casi triplicaba el kilometraje y también contaba con tres colosos (Maddeleine, Croix de Fer y Alpe d’Huez). El año pasado la etapa de montaña más larga fue la que finalizó en Peyragudes (214 kilómetros), y la que terminó en el Izoard también tuvo sus 180 kilómetros. Sin embargo, las diferencias que se dieron en la meta de Foix fueron bastante mayores que en ambas, y sólo tuvo 101 kilómetros y fue, en mi opinión, bastante más vistosa por el tipo de ciclismo ofensivo que propusieron el Trek y el Movistar, y por la defensa que tuvo que emplear el Sky. Ese tipo de ciclismo es mucho factible con etapas de 120-150 kilómetros y puertos de media montaña, que con superetapas que más que al espectáculo conducen a la monotonía por el miedo que causan entre los protagonistas.
Ahora bien, tampoco se trata minimizar todas las etapas importantes y reducir el kilometraje en todas ellas, para mi lo ideal sería ofrecer diferentes alternativas con ciertas etapas de resistencia total, y otras en las que se intente primar la actitud ofensiva, la posibilidad de llevar a cabo estrategias de ataque que puedan romper la organización lineal a la que nos tienen acostumbrados los equipos más potentes, llámense como se llamen. Pero todo eso está mucho más relacionado con el potencial de los equipos, que cualquier recorrido que podamos diseñar cualquiera de nosotros a nuestro antojo. El verdadero cambió vendrá por ahí, no por los recorridos.
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