Con permiso de Tom Pidcock y sin menospreciar en absoluto al resto de participantes, dentro de una horas se disolverá el empate a tres Campeonatos del Mundo que tienen Mathieu Van der Poel y Wout Van aert, un cruce que siempre levanta muchas expectativas. Valga éste dato estadístico para recordar aquí que, en caso de ganar alguno de los dos, igualaría al mítico belga Roland Liboton dueño de cuatro entorchados mundiales, y homenajear, de paso, al suizo Albert Zweifel y al francés André Dufraisse que tienen cinco y Erik De Vlaemicnk (hermano del mítico Roger, cuatro Paris-Robauix) que es recordman absoluto con nada más y nada menos que siete títulos en los años 60.
Van der Poel lleva nueve victorias en esta temporada, Van Aert cuatro. En disputas directas están empatados a tres triunfos. En las victorias de Mathieu siempre se observa que a excepción de la potencia sostenida, en todas las demás características está un punto por encima del belga. Es, en mi opinión, mejor especialista y así lo lleva demostrando toda su carrera, especialmente los últimos años.
En los triunfos en los que Van Aert sometió al holandés, en Herentals, pueblo de Van Aert, y en Overijse, la última prueba antes del mundial, Mathieu sufrió sendos pinchazos que le hicieron perder mucho tiempo. En Dendermonde, donde aventajó en casi tres minutos no hubo excusa, Van Aert fue una apisonadora en un circuito que exigía mucha potencia durante mucho tiempo, y Van der Poel se sintió derrotado en cuanto perdió la rueda del belga y sucumbió por desesperación. Así están las cosas.
Por mucho que, en mi opinión, Van der Poel sea mejor especialista hay que hacer dos matizaciones que no pueden pasar por alto. En los mundiales, por diversas razones, Van Aert se comporta mejor. En Zolder 2016, sus bicicletas se enzarzaron en un giro, tuvieron que parar, y tras el percance Van Aert salió decidido hacia su primera victoria y Van der Poel se incrustó contra el fango. En Bieles 2017, solo la mala suerte en forma de dos pinchazos evitó una victoria segura de Van der Poel que se llevó, como no, Van Aert que había astutamente escogido unos tubulares especiales hechos a mano que fueron la clave del campeonato. En Valkenburg 2018 la presión brutal a la que se vio sometido por su entorno y la temporada que realizó Mathieu (31 victorias para el holandés, 9 para Van Aert) le pasaron factura. Todo el mundo daba por segura una nueva victoria, pero sucumbió ante las circunstancias de disputarlo en casa con un ambiente estrangulador.
Otro punto que hay que destacar es el recorrido, en mi opinión algo más ventajoso para Van Aert. Tiene dos partes muy diferenciadas; una la del hipódromo que es técnica y rápida, y en cambio, en la parte de la playa hace falta mucha fuerza como se puede observar en este video que ha colgado en las redes el equipo Alpecin-Fenix. Cruzar el arenal y subir la rampa de 21% de porcentaje exigirá un esfuerzo brutal. Según Van der Poel es en esa parte donde se decidirá la carrera y, en teoría, ahí se sentirá más cómodo Van Aert, un ciclista con una potencia absoluta descomunal. No obstante, más que mucha resistencia, ese tramo exige un pico de potencia muy alto en un período de tiempo no tan prolongado, y ahí Mathieu no le irá a la zaga.
Viendo así las cosas, la contienda está a la par, considero que al 50 %, pero albergo más esperanzas por una victoria de Mathieu Van der Poel. La disputa será una delicia. No lo dudéis.
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