Ya han vuelto las carreras. Ya era hora!! Aunque la crisis sanitaria del Covid-19 no se haya superado aún, y parece que será una tarea que llevará mucho tiempo, ya se ha recuperado la competición, hecho que reclamaba todo el mundo del ciclismo pese a que persiste la incertidumbre por los brotes que están surgiendo aquí y allá y obligan a tener una mirada corta. De lo poco, pero bueno que se ha podido presenciar sacaría, al menos, una conclusión clara: las cosas han cambiado más bien poco en los cuatro meses y medio en los que la puerta ha estado cerrada.
Remco Evenepoel se despidió de la primera parte de la temporada desde el primer puesto de la Vuelta al Algarve y ha vuelto al mismo sitio en la Vuelta a Burgos, donde ha mostrado de todo, de lo bueno y de lo mejorable. Mikel Landa, se estrenó con una actitud ofensiva y un tercer puesto en la Vuelta a Andalucía, comportamiento y resultado que incluso ha mejorado en la Vuelta a Burgos. El joven luso Joao Almeida (Deceuninck-Quick-Step, a punto de cumplir 22 años), ya fue noveno el Algarve, y ha demostrado una buena progresión en Burgos donde ha sido segundo. Los portugueses ya tienen sustituto para Rui Costa. Maximilian Schachmann fue el ganador de la última carrera que se disputó antes del parón, la París-Niza (y 2º en Algarve), y ha logrado un tercer puesto en la Strade Bianche superado solo por Wout Van Aert, que ya había destacado en la Het Nieuwsblad (11º) de finales de febrero y, Davide Formolo, que también había obtenido un puesto destacado en el Tour de UAE (8º).
Sin embargo, una de las grandes estrellas del año pasado, Julian Alaphilippe, que tuvo más de un contratiempo mecánico, no estuvo a la altura de las circunstancias en la primera parte de la temporada (72º en Colombia, 16º en la París-Niza) y tampoco lo estuvo en la Strade Bianche, donde reventó cuando la cosa se puso seria, a unos 50 kilómetros de la meta, demasiado lejos para tratarse del vigente vencedor. Habrá que esperar lo que ocurre en las siguientes carreras, pero es un hecho que el francés no está, de momento, a la altura del año pasado.
Se esperaba mucho de Mathieu Van der Poel en la Strade Bianche, pero al igual que en la primera carrera del año (Vuelta al Algarve, 45º), no tuvo su mejor día (15º), algo que le escocerá de forma especial por haber cedido más de 10 minutos con su archirival del cyclo-cross Wout Van Aert. Tuvo un pinchazo en un momento crucial de la carrera, en el tramo de Monte Santa María donde se organizó un zafarrancho importante, pero en ningún momento pareció rodar con el poderío que acostumbra. No es fácil determinar las razones de cualquier tipo de rendimiento pero puede que haya podido arrastras ciertas dificultades de adaptación al entrenamiento en altura y sobre todo al calor (40º-43º), realidad que sufrieron no pocos corredores de gran categoría: Peter Sagan (retirado), Philippe Gilbert, Jakob Fuglsang (bajón de rendimiento repentino en los kilómetros finales). Recuerdo que un par de rendimientos nefastos que tuvo en cyclo-cross se dieron en días de calor y según él necesita cierto de tiempo de adaptación para rendir con normalidad.
Movistar debe estar preocupado con lo que ha acontecido en Burgos. Parece que ya es un hecho constatado que Alejandro Valverde ha perdido un punto en su rendimiento, circunstancia que en la élite te lleva a caer de forma abrupta en las clasificaciones. En 2019, fue segundo en las tres primeras vueltas que disputó (Valencia, Murcia y UAE); en 2020 no ha logrado superar la barrera del top-10. Pero no es a él a quien hay que pedir responsabilidades, Valverde es uno de los pocos ciclistas que por su trayectoria se ha ganado el derecho de estar a estas alturas de su carrera eximido de cualquier crítica. Mucho mas preocupante ha sido el rendimiento de Enric Mas (35º) y el de Marc Soler (86º). Ninguno de los llamados a liderar al equipo en la grandes vueltas ha estado a altura.
En breve sabremos en qué nivel de rendimiento se encuentran otros corredores que destacaron en los primeros compases de la campaña como por ejemplo Nairo Quintana (5 victorias), pero de momento la sensación actual es Remco Evenepoel, que ya tiene 7 triunfos en el zurrón en su primera temporada completa en profesionales y con tan solo 20 años, algo que se le nota en unos cuantos detalles que no han pasado desapercibidos y han dado mucho que hablar. No gustó nada el gesto que hizo en el Alto de Picón Blanco al finalizar la exhibición que le dio el triunfo de etapa y el liderazgo. Con su mano derecha se quitó el polvo del hombro izquierdo como si el esfuerzo realizado hubiera sido un hecho trivial que no le costó más que una pequeña molestia. Se entendió como un menosprecio a los rivales, algo que si fuera así sería criticable, pero el ciclismo también debe entender que la llegada de corredores casi en edad adolescente y con unos valores diferentes, tienen una forma de expresión y comunicación muy diferentes a la ortodoxia de este deporte, pero que si se busca una identificación con los jóvenes actuales debe abrirse a otro tipo de expresiones hasta ahora no vistas. Estoy convencido que a los seguidores más jóvenes y acostumbrados a ver todo tipo de celebraciones en otros deportes no les pareció mal e incluso les gustó ver algo original. Lo mismo le ocurrió a Peter Sagan cuando comenzó a ofrecer una amplia diversidad de celebraciones, pero al final se ha ganado al público y es, con diferencia, el corredor más mediático. Siempre que sean con respeto, aceptemos todo tipo de expresiones eufóricas.
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