La exposición a la altitud tiene un efecto deletéreo en la capacidad de trabajo del organismo. De manera inversa, a medida que se asciende en altitud, la cantidad de oxígeno disponible es menor.
Esto es algo que ha de tenerse en cuenta cuando se pretende realizar algún tipo de actividad física exigente sin estar adaptado o aclimatado a la altitud en la que desarrolle la actividad.
En deportes competitivos que pueden exigir desplazamientos a localizaciones en altitud, la diferencia entre haber realizado un cierto entrenamiento en hipoxia/aclimatación previa o no, puede ser determinante en la capacidad de rendimiento de los deportistas “no-aclimatados”, situándolos en desventaja frente a los “aclimatados”.
El reciente estudio “Effects of acute exposure to high altitude in acclimatized and non-acclimatized professional soccer players” de Cajigal y col 2018, trata de arrojar luz sobre sobre este particular, estudiando efectos fisiológicos en jugadores profesionales de fútbol, 10 aclimatados residentes a gran altura, 3.600m (HL), y en 11 jugadores no-aclimatados residentes a baja altura 150m (LL) de Bolivia, en las primeras 6h de llegada a la gran altura (3.600m).
Los jugadores de fútbol, llevaron a cabo pruebas a 150m y 7 días después a 3.600m. Realizaron test yo-yo de resistencia con ergoespirometría, determinación de pH, exceso de bases (EB), gases y lactato en sangre capilar.
Los resultados determinaron un descenso en el VO2max en ambos grupos sin diferencias por lugar de residencia y altitud. El grupo HL presentaba un VO2max siempre superior al grupo LL.
La distancia máxima recorrida fue menor en altura en ambos grupos, siendo siempre superior en HL.
Pre-ejercicio a 3.600m, HL tuvo menor pCO2 que LL y mayor saturación O2.
El ejercicio en altitud provocó una mayor disminución del pH y de EB en LL, sin diferencias en lactato sérico.
Un dato importante a tener en cuenta en la estrategia para evitar en lo posible mermas físicas en no-aclimatados por el “mal agudo de montaña”, es la de desplazarse a la localización en altitud para competir en la ventana de 6h iniciales a la exposición a la altura. Dentro de estas 6h, el grupo LL mantenía una repuesta de caída de rendimiento similar a HL. Más allá de las 6h iniciales, las diferencias se acentuaban entre aclimatados y no-aclimatados sufriendo estos últimos una menor respuesta ventilatoria, menor oxigenación y mayor acidosis metabólica.
Según resultados, los autores concluyen que:
“la exposición aguda a hipoxia intermitente es una estrategia fisiológica razonable para adaptarse a la altitud en aquellos deportes que no permiten o difícilmente pueden realizar una aclimatación larga en altitud, dado el hecho de que la caída en rendimiento es igual en LL y HL y por tanto evitando crear desventajas en jugadores LL frente a HL.”
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