A la hora de planificar y diseñar un protocolo de utilización de la hipoxia es sumamente importante comprender la relación entre los mecanismos de adaptación en respuesta a la exposición hipóxica. La cantidad y calidad del estímulo hipóxico o “dosis” de hipoxia.
La exposición a la hipoxia se viene utilizando desde hace tiempo con el objetivo de lograr mejoras en el rendimiento tanto en altitud como al nivel del mar. Una de los efectos de la exposición prolongada a la hipoxia es el de la mejora de valores hematológicos como la masa de hemoglobina.
En este sentido, se han realizado estudios cuyos resultados no han mostrado una evolución de los parámetros sanguíneos poniendo en cuestión la efectividad de la hipoxia a la hora de lograr mejoras en el rendimiento deportivo.
Sin embargo, en el momento de valorar estos resultados, no siempre se tiene en cuenta la duración de la exposición y si la dosis real de hipoxia es suficiente o no para lograr unos resultados positivos.
Saunders y col, pusieron de manifiesto que los cambios significativos en los parámetros hematológicos pueden necesitar un periodo de tiempo más prolongado.
Estos autores señalaron que para que la hipoxia manifieste su efectividad en los valores sanguíneos, las exposiciones deberían ser más prolongadas.
Además de una mejora a nivel hematológico también demostraron una mejora en la economía de carrera además de una reducción en la frecuencia cardiaca submáxima cuando la exposición a la hipoxia se prolongó durante 12 semanas.
A pesar de que debido a que los glóbulos rojos viven alrededor de 120 días y que por tanto los cambios duran tanto como lo hacen las propias células, recientemente se han publicado trabajos que hablan de adaptaciones metabólicas tras un periodo de solamente 2 semanas de duración, que además vienen acompañados de una importante duración en los efectos logrados tras ese corto periodo (D’Alessandro y Col.).
Cuando los científicos examinaron la estructura de la hemoglobina, en los glóbulos rojos de individuos que habían estado expuestos a la hipoxia encontraron varios cambios que afectan a la fuerza con que la hemoglobina queda sujeta a su carga de oxígeno.
En cualquier caso, parece que hay otras variables que también entran en juego a la hora de provocar una determinada dosis total de hipoxia.
Además de la duración de la exposición a la hipoxia el volumen inicial de glóbulos rojos en sangre así como como la altitud o la concentración de Oxígeno de exposición parecen ser factores que también juegan un papel importante para que se produzcan cambios significativos en los valores hematológicos (Rasmussen y col.) propiciando de esta manera los tan buscados efectos positivos en el rendimiento deportivo.
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