El ciclismo es un deporte en el que la musculatura respiratoria y la hipoxia son factores clave para el rendimiento. La ascensión a puertos de gran altitud donde, a la capacidad de resistencia, se le añade la dificultad respiratoria por las bajas presiones, hace que el entrenamiento respiratorio sea fundamental para los ciclistas.
Los deportistas entrenados pueden tener una frecuencia respiratoria alrededor de 12 veces por minuto en reposo. Sin embargo, la baja presión atmosférica de la altitud conlleva que la frecuencia respiratoria aumente para poder transportar la cantidad de oxígeno necesaria. Además, los grandes esfuerzos durante la competición requieren más energía por lo que la sangre demanda aún más oxígeno a los pulmones y la frecuencia respiratoria podría llegar a las 50 veces por minuto para cubrir la sensación de falta de aire. Por ello, la exposición a la hipoxia simulada y el ejercicio funcional de la musculatura respiratoria están extendidos entre la élite para obtener mejoras, pudiendo entrenar al nivel del mar y sin necesidad de desplazarse a las alturas. Además, dentro del entrenamiento respiratorio, el Entrenamiento de la Musculatura Inspiratoria (IMT) resulta de gran interés, ya que tiene mayor carga de trabajo que la espiratoria durante el ejercicio.
Lomax et al. (2017) realizaron un estudio para analizar la influencia del entrenamiento muscular respiratorio en hipoxia con ciclistas, aprobado por el BioScience Research Ethics Committee de la Universidad de Portsmouth. En él participaron 17 hombres sin patologías respiratorias; 8 siguieron un programa de entrenamiento de los músculos respiratorios durante 4 semanas y los otros 9, que formaron el grupo de control, efectuaron un falso entrenamiento respiratorio en las mismas 4 semanas.
Se les realizó a los ciclistas varias pruebas de ergometría a intensidades fijas, algunas de ellas respirando aire ambiente (normoxia) y otras respirando aire hipóxico con concentraciones del 14,6%. De igual manera, se llevó a cabo una prueba en normoxia y otra en hipoxia de la musculatura inspiratoria.
El estudio reveló que el entrenamiento de la musculatura respiratoria aumentó la Presión Inspiratoria Máxima (PIM) en 21 cm de H2O. A su vez, la saturación arterial de oxígeno (SaO2) y el ratio de ventilación después del entrenamiento inspiratorio en hipoxia también incrementaron. Por otro lado, la producción de CO2 cayó entre el 12-13%.
Los autores resaltan que el entrenamiento de la musculatura respiratoria, en especial, del IMT, es beneficioso para competir en altitud debido a que reduce la demanda fisiológica. Por lo tanto, se puede concluir que el entrenamiento funcional de la musculatura respiratoria y el entrenamiento inspiratorio IMT a través de la herramienta Powerbreathe mejoran el rendimiento de los deportistas que compiten en altitud.
FUENTE
Lomax, M., Massey, H. C., & House, J. R. (2017). Inspiratory muscle training effects on cycling during acute hypoxic exposure. Aerospace medicine and human performance, 88(6), 544-549.
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