En esta ocasión vamos a comentar un “curioso” artículo (Qi 2020) que trata 2 aspectos dispares pero de interés en el deporte, la nutrición, y el uso de entrenamiento en altitud simulada o hipoxia para la mejora del rendimiento físico de atletas. Vamos a comentar lo relacionado con la hipoxia.
En los últimos 10 años, los científicos del deporte se han focalizado en el modo de ejercicio hipoxíco intermitente, que teóricamente puede convertirse en un método de entrenamiento efectivo para mejorar la respiración aeróbica y la resistencia.
En esta condición de entrenamiento, la presión del entrenamiento y la presión aportada por la condición hipóxica, en sinergia, entrenan la adaptabilidad del atleta y la resistencia, mejorando por tanto la habilidad atlética.
Comparado con el entrenamiento de resistencia tradicional en normoxia, el entrenamiento en hipoxia provoca un incremento en el consumo máximo de oxígeno (VO2max) y capacidad de resistencia y una mayor adaptación en el tejido muscular, incluyendo un incremento en la densidad mitocondrial del músculo esquelético, y del ratio fibra-capilar.
Estos incrementos, así como el de la sección transversal del músculo etc., pueden aumentar significativamente la respiración aeróbica y la fuerza explosiva del atleta durante el ejercicio.
Estudio
12 atletas fueron divididos en 2 grupos, hipoxia (grupo H, n=6) y control (grupo C, n=6).
Ambos grupos realizaron entrenamiento interválico, 6 días por semana durante 3 semanas.
La duración del entrenamiento fue de 90 a 120 minutos, y consistió de:
Warm up 15 minutos – 3 bloques de entrenamiento interválico de 5 series de 4 minutos de carrera rápida, seguidos de 4 minutos de recuperación dinámica.
El grupo hipoxia realizo el entrenamiento a una altitud simulada de 2.500m (FiO2=15.2%).
Resultados
Al final de cada entrenamiento, se tomó muestra de sangre de los atletas y se analizaron cambios en parámetros sanguíneos ((HGB, HCT, RBC).
Tras los 21 días de entrenamientos, se compararon los cambios pre-post intervención en la distancia total de los test de carrera en los 2 grupos, así como en parámetros sanguíneos.
En el grupo hipoxia se observó que el consumo máximo de oxígeno (VO2max) mejoró tanto en términos absolutos como relativos, y tras el entrenamiento, la distancia máxima en test en cinta se incrementó en un 10%, demostrando que la habilidad metabólica de los atletas fue mejorada, y la resistencia también mejoró significativamente.
Según concluyen los autores, “el entrenamiento hipóxico intermitente (IHT) puede efectivamente mejorar el metabolismo aeróbico de jugadores de basket, y puede también mejorar la capacidad de resistencia”.
Fuente:
Nutritional Content of Pork Bone Hydrolysate and Intermittent Hypoxic Training for Basketball Players Z Qi – Archivos Latinoamericanos de Nutrición, 2020
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