Cuando se habla de hipoxia, se debe tener en cuenta que no es un tema que únicamente influye a alpinistas o a deportistas que compiten en altitud. El entrenamiento en hipoxia también beneficia a cualquier deportista que compita a nivel del mar o a cualquier persona que simplemente quiera mejorar su salud.
Dado que el entrenamiento en hipoxia mejora la salud, la aclimatación a la altitud y el rendimiento deportivo, los sistemas y generadores de hipoxia están teniendo un gran desarrollo en los últimos tiempos. Al utilizar un generador de hipoxia, se pretende que la concentración de oxígeno que marca el generador lleve al usuario a una altitud simulada concreta. No obstante, existe alguna duda entre los usuarios en cuanto a que la concentración de oxígeno en el aire no varía con la altitud y se mantiene en 20,9% en cualquier altura.
Es cierto que con la altitud la composición del aire no varía. Por tanto, teniendo en consideración que al nivel del mar la concentración de oxígeno es de 20,9%, esa concentración se mantiene igual en cualquier altitud, es decir, en la cima del Everest la concentración de oxígeno del aire ambiente también es del 20,9%. Sin embargo, la diferencia la marca la presión atmosférica. Al nivel del mar la presión atmosférica es mayor. Este hecho indica que las moléculas del aire están más “juntas” (hay más presión). Cuando la altitud es mayor, esta presión disminuye, por tanto, las moléculas que componen el aire se van separando a mayor altura.
El organismo del ser humano absorbe el oxígeno cuando los alveolos pulmonares ceden a la sangre el oxígeno del aire que se respira. El oxígeno se une a la hemoglobina en sangre para ser transportado a las células. Este proceso está directamente relacionado con la presión parcial de oxígeno. A mayor altitud, menor presión atmosférica, lo que lleva a una disminución de la presión parcial de oxígeno. A consecuencia de esto, el paso del oxígeno a la sangre es menor. De ahí la importancia del uso del pulsioxímetro cuando se practica la hipoxia, ya que permite tener al instante los valores del pulso y la saturación arterial de oxígeno, alertando sobre un hipotético riesgo para la salud.
En conclusión, la hipoxia es la reducción del contenido de oxígeno aplicable a nivel celular, sangre, tejidos… que puede darse de dos maneras:
- Hipoxia en altitud real: disminución de la presión atmosférica, donde no hay un cambio en la concentración de oxígeno pero sí una disminución de la masa de aire (y por tanto, de oxígeno) que entra en el organismo. Esta hipoxia se denomina hipobárica.
- Hipoxia en altitud simulada (con un generador): disminución de la concentración de oxígeno que se respira, manipulando el aire mediante la extracción de oxígeno. Esta hipoxia se denomina normobárica. De esta forma, se relaciona la altitud con la concentración de oxígeno que marca el generador gracias a diferentes tablas, teniendo en cuenta que esta concentración de oxígeno está modificada.
En relación a la información ofrecida en esta página:
La exposición a la hipoxia en determinadas altitudes debe de estar supervisada por un profesional que conozca la materia.
Esta información no sustituye en ningún caso al consejo médico individualizado, sino que tiene una finalidad puramente informativa.
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