La absoluta dependencia del cerebro mamífero en el oxígeno para generar ATP lo hace extremadamente vulnerable a la hipoxia. Comentamos en esta ocasión sobre una reciente publicación de homónimo titular y que versa sobre la aplicación del estímulo de la hipoxia intermitente y su posible papel neuroprotector ante el envejecimiento.
El tratamiento efectivo de desórdenes neurológicos con suplementación de oxígeno, como el uso de presión positiva de las vías respiratorias (CPAP), subraya el rol axial de la hipoxia en la patogénenesis de estos desórdenes.
Al contrario, cortas exposiciones intermitentes a la hipoxia estimulan adaptaciones fisiológicas y celulares haciendo a los organismos más resistentes a subsecuentes insultos isquémicos-hipóxicos.
Comentamos una reciente revisión (fuente abajo) que ha examinado el riesgo-beneficio de la aplicación de hipoxia en envejecimiento y enfermedad neurodegenerativa.
La hipoxia severa daña el cerebro comprometiendo el suministro celular de oxígeno esencial para la fosforilación oxidativa y otros procesos moleculares de consumo de O2. La hipoxia severa, ambiental como en la altitud o patológica como en la apnea del sueño, pueden acelerar el envejecimiento cerebral y neurodegeneración.
Por otra parte, el cerebro es un órgano de una plasticidad extraordinaria en la que el estrés hipóxico inicia adaptaciones horméticas implicando numerosos mediadores moleculares, incluyendo HIF y Nrf2, así como miríadas de alteraciones metabólicas y enzimáticas, mejorando finalmente el suministro de O2, bioenergéticas y supervivencia celular para preservar la integridad del tejido.
Hipoxia Intermitente
La evidencia pre-clínica y clínica demuestra con clara evidencia que series repetidas de hipoxia intermitente moderada (IHT) pueden preservar o mejorar la función cerebral. Las adaptaciones moleculares a la hipoxia como la vía HIF son neuroprotectoras.
Más aún, una gran ventaja de la hipoxia intermitente es que puede interrumpir procesos patológicos y también preservar la actividad metabólica y ambientes celulares sanos, impidiendo por tanto inadaptaciones cerebrales relacionadas con la edad o enfermedad neurológica.
Fuente:
“Hypoxia and brain aging: Neurodegeneration or neuroprotection?”. Johannes Burtscher, Robert T. Mallet, MartinBurtscher, Grégoire P.Millet (2021).
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