Anatomia, Bicicleta y Lesiones
DEFECTOS ANATÓMICOS DEL CORREDOR
Aceptamos como punto de partida que no existe una anatomía perfecta, que cualquier cuerpo humano, por muy atlético que sea, va a presentar pequeñas imperfecciones o, al menos, asimetrías. Esos pequeños defectos, inapreciables en una inspección superficial, pueden generar problemas en deportes que requieren repetir el gesto tantas veces que el pequeño gesto viciado se multiplica hasta producir la lesión. El pedaleo es una acción muy sincronizada que requiere un encaje perfecto. Una pequeña desviación del eje de tracción correcto puede causar tensiones en un músculo o tendón. Al cabo de miles de kilómetros, su efecto acumulativo puede causar un daño de difícil reparación.
Lo ideal es prevenir la aparición de la lesión con un estudio que detecte los defectos anatómicos. No siempre es así. Con mucha frecuencia el defecto se detecta cuando la lesión ya ha aparecido y tenemos que encontrar una causa que corregir. También es cierto que un exceso de celo puede ser perjudicial. Cuando se realizan estudios muy exhaustivos se pueden detectar pequeños defectos que el corredor corrige de forma automática y nuestro intento de solución puede generar un problema donde no existe. Por eso, hay que ser cautos con los datos de exploración, corrigiendo únicamente los que sean causa evidente de lesión.
Desviaciones de columna
La columna, como indica su nombre, es un pilar que sirve de sustentación al tronco. Está dotado de movilidad suficiente como para permitir movimientos de flexión, lateralización y hasta rotación. El encaje de segmentos óseos, vértebras, permite esa movilidad múltiple. Debe soportar la transmisión de líneas de fuerza del peso corporal, por lo que adapta su forma en curvas de concavidad alternante. Son las llamadas lordosis cervical, cifosis dorsal y lordosis lumbar, apreciables en una visión anatómica lateral o de perfil. De frente, la conformación perfecta sería una columna vertical, sin desviaciones, que se ensancha en sentido descendente a medida que aumenta el tamaño de las vértebras.
La escoliosis define una desviación axial de columna en cualquier sentido y generalmente es múltiple ya que una curvatura aumentada en un sentido se compensa con otra de sentido contrario. La hiperlordosis es un aumento de la curvatura cervical o lumbar, de concavidad dorsal, y la hipercifosis, un aumento de la curvatura dorsal, de concavidad ventral.
La escoliosis puede ser real o aparente. Aunque no exista una verdadera desviación de columna, puede parecerlo si la diferente longitud de las piernas bascula la pelvis y provoca una desviación lateral de columna.
El pedaleo es un gesto de naturaleza simétrica y por ello el ciclismo no es un deporte que provoque lesiones de columna salvo en solicitaciones excesivas por una bicicleta inadecuada, de lo que hablamos en el apartado dedicado a los defectos de medición.
Dismetría de miembros inferiores
Cuando los miembros inferiores son de diferente longitud, la altura del sillín resulta excesiva para el más corto y no es suficiente para el más largo.
El exceso de altura solicita en exceso la musculatura posterior. En el miembro más corto se producen sobrecargas de isquiotibiales, tendinitis de bíceps femoral, semitendinoso y semimembranoso.
El sillín bajo provoca sobrecarga del aparato extensor. Se producen lesiones de cuádriceps, tendón cuadricipital, rótula y tendón rotuliano. En el miembro más largo se producirán, por tanto, tendinitis de cuádriceps, tendinitis de rotuliano y condropatías de rótula.
Cuando aparece una sobrecarga o una tendinitis de miembros inferiores, hemos de comprobar si existe una dismetría. Una lesión de aparato extensor del miembro más largo o de musculatura posterior en el más corto justifican la sospecha de que esa dismetría cause el problema. Para solucionarlo hemos de compensar la longitud de los dos miembros colocando un suplemento en el más corto y ajustando la altura del sillín al más largo.
Desviaciones axiales de miembros inferiores
La separación de las caderas se compensa con la posición en la bicicleta. Las rodillas se acercan pero las piernas se separan de forma que entre los tobillos puede interponerse todo el aparato mecánico del pedaleo. En un eje ideal, la separación habitual en el hombre, el genu valgo fisiológico, se compensa con una discreta rotación interna del pedal, encontrando el punto de convergencia de una línea ideal trazada desde la cadera hasta la punta del pie.
El valgo fisiológico del que hablamos, esa desviación de las piernas respecto a los muslos que se sitúa de una forma estándar en torno a los 5-7 grados de angulación hacia fuera, puede ser mayor o menor, produciendo una desviación en valgo o en varo.
Genu varo es la deformidad que arquea las piernas separando las rodillas a modo de paréntesis. Los músculos y tendones de la región externa de muslos y piernas están tensionados y, si no facilitamos una disminución de esa tensión, se van sobrecargando en cada pedalada dando lugar a tendinitis de bíceps femoral y vasto externo.
Se corrige girando la punta del pedal hacia fuera o, como prefieren decir los ciclistas, juntando los talones.
El genu valgo es la desviación contraria, formando los miembros inferiores una X. Las rodillas se tocan y los tobillos están separados. Se produce una mayor tensión de músculos y tendones de la región interna de la rodilla, vasto interno y tendones de la pata de ganso.
Se corrige girando la punta del pedal hacia dentro o, lo que es lo mismo, separando los talones.
Deformidades de la rótula.
La articulación fémoro-patelar exige un posicionamiento adecuado de los dos huesos que la componen. La rótula presenta dos carillas articulares que contactan con su cóndilo respectivo. En medio, el vértex o quilla rotuliana debe encajar perfectamente en la tróclea femoral. Este machihembrado se rompe cuando la rótula está fuera de lugar, generalmente más alta, cuando es más pequeña (rótula parva) o más grande de lo normal (rótula magna) y cuando se desvía hacia fuera por una hiperpresión externa al ser desplazada por el alerón externo o por una desviación excesiva del tendón rotuliano.
DEFECTOS DE LA BICICLETA
Remitimos al lector al capítulo publicado en nuestra página referido a las medidas del ciclista y su posicionamiento sobre la bicicleta. Los errores más frecuentes son:
- Cuadro largo. Obliga a una posición más horizontal, que tumba al corredor y le obliga a levantar la cabeza provocando sobrecarga cervical.
- Cuadro corto. Obliga a una posición más verticalizada. La columna lumbar sufre por impacto en el golpeteo con cada salto de la bici. Provoca lumbalgias.
- Cuadro alto. Las rodillas están excesivamente estiradas y se sobrecarga la musculatura posterior.
- Cuadro bajo. Sufre más la musculatura extensora, cuádriceps y aparato extensor.
- Excesiva rotación interna del pie. Debido a malposición en el anclaje pie-pedal por incorrecta posición de la cala. Sobrecarga la musculatura externa, bíceps y vasto externo.
- Excesiva rotación externa del pie. También en este caso se debe a una incorrecta posición de la cala. Produce un mayor sufrimiento de los tendones de la región interna de la rodilla, tendones de la pata de ganso.
- Apoyo adelantado en el pedal. Provoca lesiones de columna lumbar.
Defectos en la técnica del pedaleo
Además de los defectos anatómicos previos del ciclista, la lesión puede estar causada por una mala interacción hombre-máquina. Históricamente la técnica del pedaleo ha variado buscando un mayor rendimiento, la adaptación a las mejoras técnicas de la bicicleta.
En una primera etapa los pies se apoyaban libremente en el pedal. Un pie empujaba el pedal y el contrario retornaba pasivamente.
La segunda etapa se caracteriza por la aparición de un calapié metálico unido al pedal, con una cubierta para la planta, todo fijado por una correa. Un pie empuja el pedal desde 0º a 180º y el contrario lo levanta de 180º a 360º, dejando dos puntos muertos en 0 y 180.
En la tercera etapa, la actual, se produce un pedaleo continuado con esfuerzo de ambos pies en todo el recorrido del pedal. Se divide en cuatro fases entre los 20-145º, 145-215º, 215-325º y 325-0-20º. Todo el proceso comporta la puesta en acción de unos grupos musculares determinados y la recuperación de sus antagonistas, alternativa y sincronizadamente, de una forma armoniosa y redonda, fruto de un aprendizaje que viene favorecido por la práctica del ciclismo en pista, actividad muy recomendable para el perfeccionamiento técnico del rodador.
Un pedaleo defectuoso es causa frecuente de lesión, provocando sobrecarga de grupos musculares. El estudio en profundidad de los grupos en acción en las diferentes fases del pedaleo revelan actividad intensa en zonas que antes no se contemplaban.
Se ha comprobado, por ejemplo, un trabajo intenso de la musculatura paravertebral para corregir el movimiento basculante de pelvis y columna, del dorsal ancho que conecta tronco y húmero, de los abdominales y glúteos que intervienen en el retroceso pélvico, de la musculatura de antebrazos para la prensión y dirección del manillar, para amortiguar las vibraciones de la bicicleta, etc...
Los defectos sincrónicos del pedaleo, la sobresolicitación por tensiones excesivas o por brazos de palanca inadecuados pueden producir lesiones por sobrecarga de todos estos grupos musculares o sus tendones respectivos.