Utilidad de la Combinacion de Hipoxia Intermitente y Entrenamiento Fisico en el Tratamiento de la Obesidad
30-09-2013 ¦ Biolaster
A veces no hace falta irse muy lejos para encontrar artículos o estudios científicos importantes. Hoy queremos hacernos eco de un interesante estudio llevado a cabo por Aritz Urdampilleta y col, en el campo de la hipoxia. Un área que en los últimos tiempos esta despertando un creciente interés y que está siendo objeto de numerosos estudios. En este caso el estudio trata sobre la Utilidad de la inclusión de la Hipoxia Intermitente junto con la Actividad Física en el tratamiento de la Obesidad y los autores concluyen que esta nueva estrategia puede ser útil y práctica para su aplicación clínica en pacientes obesos.
La obesidad es un importante problema de salud pública en todo el mundo y es un factor de riesgo importante en un buen número de enfermedades crónicas como la diabetes tipo II, episodios cardiovasculares adversos y funciones relacionadas con el síndrome metabólico.
Se han aplicado diferentes tratamientos para hacer frente a la acumulación de grasa corporal y sus manifestaciones clínicas asociadas. A menudo, se consigue una relevante pérdida de peso durante los primeros 6 meses bajo diferentes tratamientos dietéticos.
Tras esta fase inicial, es habitual que se produzca una fase de meseta y a partir de este punto puede producirse una recuperación gradual del peso perdido. Por lo tanto, se están investigando nuevos enfoques para asegurar el mantenimiento del peso.
Investigaciones pioneras han informado que las variaciones de oxígeno en sistemas orgánicos pueden producir cambios en la composición corporal. En este sentido algunas investigaciones hablan de posibles aplicaciones de la hipoxia intermitente para promover la salud y su utilidad en el tratamiento de algunos estados fisiopatológicos.
El estímulo hipóxico, además de la dieta y del ejercicio puede suponer un enfoque interesante para perder peso, mediante la inducción de niveles de noradrenalina basales más altos además de otros cambios metabólicos cuyos mecanismos todavía no están claros.
En efecto, las situaciones de hipoxia provocan un aumento del diámetro de las arteriolas, producen una vasodilatación periférica y disminuyen la presión de la sangre arterial.
Por otra parte, el entrenamiento hipóxico aumenta la actividad de los enzimas glucolíticos, aumentando el número de mitocondrias y de los niveles del transportador de glucosa GLUT-4 así como mejorando la sensibilidad a la insulina.
Por otra parte, la hipoxia aumenta la serotonina sanguínea y disminuye los niveles de leptina además de suprimir el apetito.
Estas observaciones permiten considerar la hipótesis de que la hipoxia intermitente induce la pérdida de grasa corporal y puede mejorar la salud cardiovascular, lo que puede ser de interés para el tratamiento de la obesidad. Esta nueva estrategia puede ser útil y práctica en las aplicaciones clínicas con pacientes obesos.
Si eres suscriptor de Biolaster y estás interesado en recibir el artículo completo de Aritz Urdampilleta, Pedro González-Muniesa, María P. Portillo y J. Alfredo Martínez "Usefulness of combining intermittent hypoxia and physical
exercise in the treatment of obesity" escríbenos solicitándolo aquí.
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