Hombro
La rodilla y el tobillo son las articulaciones que con más frecuencia se lesionan en un cómputo general que incluya todas las prácticas deportivas aunque en algunas disciplinas, en los deportes de lanzamiento: peso, jabalina y martillo pero también baseball, tenis o natación, la articulación del hombro es la articulación más sensible.
Al no soportar el peso corporal, el hombro está menos expuesto que la rodilla o el tobillo pero sus características anatómicas lo hacen más sensible a padecer algunas lesiones específicas. Por una parte, es una articulación libre, de gran movilidad, y muy poco protegida ya que el apoyo articular de la escápula, la cavidad glenoidea, no cubre la cabeza del húmero y esto favorece la luxación. Por otra, el poco espacio del desfiladero superior, por el que circulan un grupo de tendones de importancia anatómica y funcional, favorece la compresión, el cizallamiento de los mismos al ser atrapados entre el acromion y la cabeza del húmero en posiciones de elevación lateral y rotación del brazo.
Durante mucho tiempo fue una articulación relativamente olvidada en el estudio y tratamiento de las lesiones. Los médicos actuales hemos sido formados en la creencia de que el dolor sin traumatismo aparente en el hombro se debía a una periartritis escápulo-humeral y hemos necesitado toda una vida profesional para ser testigos del avance en la descripción y tratamiento de lesiones muy diferenciadas, sobre todo gracias al avance de la artroscopia.
Intentaremos en este artículo ofrecer una descripción condensada pero actual del estado de la atención médica de este tipo de lesiones.