Tratamiento Rodilla Aguda
La exploración y las pruebas complementarias darán las últimas pinceladas para conocer exactamente el balance lesional. Clasificaremos la lesión y propondremos el tratamiento. Hay que valorar numerosos factores como la edad, el trabajo, la actividad deportiva, los gustos del paciente, los elementos lesionados y sobre todo el grado de inestabilidad antes de la propuesta de tratamiento.
Aunque hay numerosas escuelas en lo referente al tratamiento cabría dar algunas nociones generales que son aceptadas por la mayor parte de los autores.
- La inestabilidad interna aislada. Tratamiento conservador.
- La inestabilidad anterior aislada. Tratamiento quirúrgico inicial.
- La inestabilidad posterior aislada. Tratamiento conservador de entrada y si fracasa reparación quirúrgica.
- La inestabilidad externa y posteroexterna. Tratamiento quirúrgico.
- La inestabilidad combinada anterointerna. Tratamiento conservador de la lesión interna y quirúrgica de la lesión anterior.
- Las lesiones meniscales y cartilaginosas asociadas deben tratarse independientemente de la lesión ligamentosa practicándose, meniscectomía, sutura meniscal o limpieza cartilaginosa según corresponda.
El tratamiento conservador consiste en conseguir la cicatrización de las lesiones mediante ortesis inmovilizadoras o dinámicas seguido de tratamiento fisioterápico hasta conseguir la movilidad y posteriormente la fuerza muscular. La utilización de la electroestimulación está posibilitando el mantenimiento y mejora de la fuerza muscular en la primera fase de utilización de ortesis; sin embargo no es conveniente un desarrollo muscular muy acusado hasta recuperar el rango completo de movilidad; una vez alcanzado este, sí que la combinación de electroestimulación y ejercicios activos de musculación van a permitir una recuperación más rápida.
El tratamiento quirúrgico consiste en coser o sustituir mediante una plastia de sustitución el ligamento lesionado. En la actualidad las plastias sean autólogas o Aloplastias son los métodos preferidos por la mayoría de los autores para el tratamiento de la inestabilidad. Las técnicas artroscópicas se han impuesto sobre la cirugía abierta en la ligamentoplastia de rodilla.
Actitud preferida por el autor en el tratamiento de la inestabilidad aguda por rotura del Ligamento Cruzado Anterior (LCA)
Me refiero específicamente a la lesión del Ligamento Cruzado Anterior (LCA) por ser la más frecuente en la práctica clínica diaria y ser en general la más grave y peor diagnosticada en los servicios de urgencia. Gran parte de este trabajo va destinado a los sufridos médicos de urgencias e intentar hacerles más comprensible la rodilla aguda.
Personalmente prefiero recibir al paciente lo antes posible tras el accidente al objeto de orientar cuanto antes al paciente y dirigir el pre y postoperatorio. Recomiendo tratamiento quirúrgico en todas las inestabilidades anteriores por rotura del LCA en los pacientes jóvenes y deportistas. En general las inestabilidades graves deben ser operadas a cualquier edad, sin embargo las inestabilidades anteriores moderadas se toleran bien en pacientes maduros y en general en los pacientes poco activos la indicación debe ser tomada valorando cuidadosamente la relación beneficio/riesgo quirúrgico.
Tratamiento Preoperatorio
El tratamiento preoperatorio incluye un corto periodo de inmovilización con rodillera fija con cierres ajustables, lo que va a permitir que el paciente pueda retirarla para su higiene y para permitir la fisioterapia. Realizo punción de la rodilla para evacuar la sangre cuantas veces sea preciso y en cuanto la sintomatología inflamatoria del paciente lo permite envío al paciente a fisioterapia para combatir la inflamación, recuperar la movilidad y el control muscular de la rodilla. Como el tratamiento propuesto va a ser la sustitución del LCA mediante una plastia y por lo tanto no vamos a intentar su cicatrización, inmovilizo lo mínimo posible la rodilla. En los casos de lesión asociada del Ligamento Lateral Interno (LLI), el periodo de inmovilización es más largo y doy instrucciones al fisioterapeuta para forzar menos la rodilla hasta que el LLI cicatrice. Es esencial en este periodo evitar nuevas lesiones asociadas con nuevos episodios de inestabilidad mientras se espera la fecha de intervención. En ese sentido el médico debe estar seguro que el paciente ha entendido el alcance de las mismas. Como los episodios de inestabilidad en las roturas de LCA aparecen en las rotaciones de rodilla y muy especialmente en la Rotación Interna (RI), permitiremos al paciente andar en recto, en bicicleta suavemente o nadar evitando especialmente el terreno irregular y las marchas descontroladas.
La fecha de la intervención es a mi juicio fundamental. Las condiciones ideales para ser intervenido son:
- Ausencia de derrame
- Movilidad completa especialmente la extensión
- Control muscular
En general no es adecuado intervenir una rodilla con hemartrosis u otros signos inflamatorios. La intervención en estas condiciones suele originar rigidez y retraso en la recuperación. Generalmente la rodilla puede ser operada a partir del mes del accidente.
La técnica quirúrgica consiste en la sustitución del Ligamento Cruzado Anterior (LCA) mediante una plastia autóloga normalmente proveniente de la pata de ganso. La técnica se realiza bajo control artroscópico y en general ofrece unos buenos y excelentes resultados.